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¿Cuál es el desayuno típico inglés?

Una vez llegada al país de mis sueños y dispuesta a probarlo todo, tuve qué preguntarme: ¿Cuál es el desayuno típico inglés?

Voy a sincerarme de entrada y auntoconfesarme como una amante de la comida (aunque a esta altura del partido, aquellos que me leen regularmente ya lo tienen bastante claro) y admitir que si bien viajar me ha dado la excusa perfecta para probar platos típicos de los lugares que visito, porque la comida es una de las distinciones culturales más fuerte, lo mío es puramente por amor al arte. Al arte de comer ¡por Dios qué placer!

Por todo lo anteriormente expresado, quien suscribe la presente (¿por qué de repente redactaba con vocabulario legal?) no podía irse de Inglaterra sin probar el típico desayuno inglés -aunque éste incluya porotos con salsa de tomate-, y así fue como el 17 de septiembre pasado, terminé en The Premises, al este de Londres, lista para degustar lo que sería uno de los desayunos más potentes y exquisitos de mi vida.

¿Cuál es el desayuno típico inglés?

Después de dar varias vueltas en Trip Advisor, me decidí por The Premises. Aunque más que por las calificaciones positivas, fue por todo lo que este café/sala de ensayo/estudio de grabación representa culturalmente.

In the heart of London’s East End, The Premises has been the capital’s most popular music studio complex for more than twenty six years. The Premises Cafe opens daily at 8am serving continuously from breakfast through to dinner to 11pm. Fresh menu from 5.30pm with fabulous Turkish Mangal Grills, Daily Specials and Salads.Fully licensed, with a good selection of wines, beers and spirits.According to The Observer Food Magazine, The Premises Cafe is one of the 50 Coolest Places To Eat in The World.

Si desde los Arctic Monkeys hasta Paul Weller se tomaron un café (y otras tantas cosas) en éste lugar ¿cómo no iba a darme una vuelta? Buena música + Buena comida = Titín Feliz.

Salí caminando hacia 209 Hackney Road alrededor de las diez de la mañana. Tenía un hambre que me comía hasta las moléculas de aire. Había comido por última vez el día anterior a las siete de la tarde, para justamente poder bajarme todo el desayuno inglés. Llegué a The Premises, abrí la puerta de madera pesadísima que casi me tira para atrás y termino despatarrada en la calle y enseguida me invadieron años y años de buena música. Porque de fondo sonaba un jazz alucinante y porque todo el lugar estaba empapelado con posters y fotos de todos los grandes músicos que habían pasado por ahí. La felicidad se me incrementó un cien por ciento. Oh sí, estoy en mi lugar.

Me quedé parada en el medio del café mirando las paredes, totalmente absorbida, hasta que vino la moza y me bajó a la realidad con un table for one? Le dije que sí y me senté. Y eso fue lo primero que me llamó la atención. Que hubiera table service. Tanto en Nueva Zelanda como en todos los demás lugares que había visitado en Inglaterra, uno llega, se acerca a la barra y hace el pedido.

La moza que me atendió -una pibita rubia de ojos azules gigantes y de no más de 20 años- fue super buena onda, pero como de compromiso, como si su realidad fuera pasajera y sus ambiciones fueran mucho más grandes que el histórico café.

Hice mi pedido de desayuno inglés y seguramente defraude a muchos admitiendo que me pedí la versión vegetariana, porque si bien soy de comer muchísimo y no le hago asco a casi nada, dos salchichas fritas a las diez de la mañana ya era demasiado (aunque más tarde lo haría en Alemania…pero eso lo contaré más adelante).

Solo cinco minutos más tarde, tenía frente a mí el gigantezco plato lleno de…básicamente…todo. El desayuno incluía: rodajas de tomate calientes, dos tostadas con manteca, huevos revueltos, una tortilla de papa, una de acelga, hongos y porotos con salsade tomate. Para tomar, té inglés con leche. Todo estaba calentito en la medida justa. Todo tenía gusto a cocina casera. Y obviamente no dejé ni las migas.

Terminarlo me llevó alrededor de una hora. Como tenía tiempo de sobra, mientras deboraba todo, me dediqué a disfrutar la música (que iba de jazz a blues a jazz a rock clásico a blues a jazz) y a observar el lugar, que se había llenado de mujeres de plata y de abañiles, de familias y de grupos de adolescentes que asumo se habían hecho la rata de la escuela. The Premises parece ser una opción válida para todo el mundo. Porque tiene buena calidad, ofrece buen servicio y los precios son accesibles. El desayuno entero (con té con leche y cuanta agua quisiera) me salió 6 libras. Considerando la porción gigante, es super barato. Ese día no volví a comer hasta la cena. Más que un desayuno, es un brunch.

Luego de una hora y media y con la panza a punto de estallar, me fui. Realmente no sé si podría comerme eso todos los días y tampoco sé si los ingleses se lo clavan todos los días, pero que vale la pena probarlo, no lo dudo ni un segundo. Lo que sí recomiendo es hacerlo con tiempo (con tiempo para comerlo y con tiempo después para hacer una caminata de dos horas que ayude a la digestión).

Angie!


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