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Situaciones cotidianas de Corea que yo estoy viviendo por primera vez

Por alguna extraña razón (léase: insomnio generado por las emociones de fin de año), estoy durmiendo muy poco, soñando muy raro y despertándome todos los días entre las 5 y las 7 am (y durmiéndome a las 2 como wow que temprano).

Hoy no fue la excepción. A las 7 abrí los ojos y los abrí con toda la furia, onda…no los abrí más porque el hueco donde están mis ojos (que encima se achinó) no me lo permitía. Giré sobre mí misma un par de veces y me levanté. Así de chispita e histérica que soy, no puedo remolonear. Si estoy despierta no me puedo quedar en la cama. Salto y arranco el día.

Llegué a la cocina, había una bolsa de mandarinas en la mesa. Me comí una mientras se hacía la tostada, prendí la compu y me hice mates.

Ah, antes fui al baño y me lavé la cara con la cleansing foam y me puse crema, como buena coreana que soy.

Con el desayuno ya hecho, me senté frente a la compu (para todo esto ya eran las 7:30) y me dispuse a revisar los mails y ponerme a terminar los posteos pendientes como el de Busan, el de Showchampion y 3058034 otros más.

No pude.

Escribía dos renglones y me colgaba pensando pavadas. Me levanté 15 veces. Hoy es de esos días que tengo demasiada energía y no puedo estar sentada.

En uno de los 500 intentos fallidos de escribir, entra un coreano de los que se estaban alojando abajo, cargando 15 toallas y me pregunta algo que no entendí.

Le dije que Hanguk mal mollayo, a lo que me responde gwaenchanha y entra al baño.

Vuelve a salir, deja las toallas en el canasto y me saluda. Todavía faltaban 3 horas para empezar a limpiar, pero viendo que seguir sentada frente a la compu era más una pérdida de tiempo que otra cosa, le intenté preguntar si todo su grupo ya se estaba yendo (y en ese caso, me ponía a limpiar en ese momento y ya).

No sé qué me habrá entendido que me dijo que sí, porque cuando bajé con mi canastita de limpieza y me metí en la casa, todavía estaban todos ahí durmiendo. Algunos bañándose y otros tirados en el piso.

Pedí perdón, expliqué con mi coreano inentendible que era para limpiar después y volví a subir. Me senté en la compu, tipeé dos líneas y me volví a parar.

No puedo.

Ya eran las 9 am, me fijé la temperatura, hacía cero grados (VERANO para lo que veníamos teniendo esta semana). Pensé, ya fue, me voy a caminar por ahí escuchando k-pop pila a todo lo que da hasta las 11 y vuelvo a limpiar. La energía acumulada me pedía liberarse en forma de caminata rápida o bien un trotesín…trotesini mini tini.

Me emponché toda, me calcé las botas abrigadas y bajé las escaleras del hostel para encontrarme con todo el piso congelado. Me reí porque nunca había visto el piso congelado en mi vida.

La foto la saqué cuando volví y ya estaba todo medio derretido
La foto la saqué cuando volví y ya estaba todo medio derretido

Hice dos cuadras y descubrí –mientras rodaba por el piso por primera vez– que todas las veredas estaban cubiertas de hielo y peligrosamente patinosas. A todo esto, Seúl tiene la mayoría de las calles en subida y bajada por lo que el suelo congelado se vuelve un peligro constante.

Así que, a mi gran pesar, y mientras rodaba por cuarta vez, me di cuenta que una caminata rápida era imposible y ni hablar de correr. No. Me iba a tener que conformar caminando como pingüino descompuesto y a dos por hora.

Hice una “caminata” de 1 hora, en la que solo cubrí diez cuadras a la redonda, y volví a hostel toda contracturada de hacer fuerza para no caerme, con las manos congeladas y golpeadas de las veces que sí me caí pero con una sonrisa de oreja a oreja por haber sumado en mi haber, una caminata sobre “hielo” tan solo por haber salido de mi hogar momentáneo, que se caracteriza por tener este tipo de invierno, totalmente nuevo para mí.

 Titín!

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