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Despedidas viajeras: cómo lidiar con ellas

Despedidas viajeras…las odio *sacude el puño*

Este posteo va dedicado a mis ganas de descargarme. Nada más ni nada menos. A nadie más y a nadie menos (?).

VÁYANSE DE MI BLOG (?)

Por un lado, estas semanas fueron re intensas así que tengo un batallón de sensaciones que necesitan ser liberadas…de lo contrario, seguirán cagándome a trompadas y honestamente no está para nada bueno.

Además…el horno no está para bollos *voz de locutora dramática*

No, sí está, de hecho…si hubiera bollos sería muy feliz… bah, a todo esto, ¿qué son bollos? *googlea*

El punto, sí, está para bollos…QUIERO BOLLOS…pero es que me gusta decir esa frase. Y no siempre la recuerdo en el momento oportuno. O sea, a veces estoy sola leyendo y me acuerdo y la digo en voz alta pero no es lo mismo que decirlo cuando la situación lo amerita.

En fin.

Odio las despedidas viajeras y procedo a explayarme.

Anoche me acosté y hoy me desperté (¿qué carajo me pasa que estoy rimando todo?) con varias conclusiones.

A saber (?): Cuando las situaciones que nos afectan son recientes, es probable que solo veamos lo negativo/triste/lo que duele/lo injusto y no el aprendizaje que nos dejan.

En estos últimos días (porque dos de las personas más importantes en lo que va de Australia dejaron el país y vaya a saber uno cuándo volveré a verlos. Bah, sé cuándo (en varios varios meses…pero bueno, que se de es otro tema…)), mi corazón hizo pjjjjjcrrrrtrsshhhhcrrrrshhhhhh *onomatopeya de corazón siendo pisado por un tractor lleno de brócolis, 5 veces, sobre asfalto caliente, fermentado, lleno de arañas venenosas, que luego se comen el corazón, lo escupen, lo hacen puré y alimentan a sus crías que son aún más venenosas que ellas*.

Y claro, con el corazón hecho poronga, ¿qué aprendizaje, qué cosa positiva iba a poder ver? Nada…TODO ES UNA MIERDA (?) *llora desconsolada*.

No, no esta vez.

¿Vieron esa frase que dice “No estés triste porque terminó, se feliz porque ocurrió”? Bueno…claro…muy linda, pero cómo cuesta llegar a ese entendimiento.

¿Por qué será que nos cuesta tanto cerrar etapas? ¿Por qué cuesta tanto el desapego? ¿Por qué siempre queremos estirar los momentos lo más posible? Me encantaría poder disfrutar el ahora (que eso me sale muy bien) y que cuando termine, olvidarme. Bueno, no olvidarme, pero no tener la necesidad de seguir viviendo eso. ¿Por qué el cerebro va para atrás y te recuerda uno a uno todos los momentos, y te los revive y revive y vos estás ahí hecha un trapo descocido y nostálgico?

Amo viajar, amo la intensidad de las cosas, amo vivir tanto…pero por dios, las despedidas y los cierres me matan. Lo que me mata es darme cuenta que esa etapa terminó para siempre.

Me encantan los cambios, me encanta empezar de cero, pero viajando es todo tan intenso, que así como lo “lindo” es “hermoso”, lo “feo” es “horrible”.

Porque, por ejemplo, en los viajes solés vivir en casas compartidas, o hostels, y convivís con las personas por meses. Y mientras lo estás viviendo, te parece algo normal, es tu vida diaria en el ahora, es tu rutina…y asumo que estamos tan acostumbrados a vivir la rutina de la sociedad que dura mil años…que debemos asumir (en el sentido que la cabeza lo debe analizar así) que esta convivencia también dura para siempre. Y…claro…no.

Ah, no no no señor.

No.

Vivís un promedio de 2 a 4 meses mega intensos compartiendo TODO, y después de un día para el otro se termina.

Y no es que se termina y tal vez se de más adelante.

No.

Porque o sea, es probable que en esa casa compartida estuvieses vos, tal vez otro argentino, algún chileno, pero después había alguien de Italia, otro de Canadá, de África, del Congo Belga, de la Antártica, Mongolia, Antigua y Barbuda (?), Júpiter, la dimensión paralela y… claro… ¿en qué momento de la vida puede repetirse que ese exacto grupo de personas vuelva a convivir en un mismo lugar?

No. Totalmente imposible. Es increíble. Me encanta pensar en por qué justo ese grupo de personas coincidió en ese lugar en ese mismo tiempo. Pero me pone muy triste saber que ya fue.

Que terminó.

Para siempre.

*música tétrica y deprimente*

*tajante*

*sí, ya sé que no existe la música “tajante”, pero tenía ganas de decir “tajante”*

AY.

*se emociona*

Posta… ¿por qué le cuesta tanto al cerebro asumirlo? Entiendo que queremos disfrutar de los momentos felices lo más que podemos, pero también se trata de momentos. Y deberíamos ser capaces de seguir adelante y disfrutar de tener un buen recuerdo.

Bueno, sé que soy capaz, porque estoy viajando hace alrededor de 3 años y las despedidas me pasan cada 3 meses básicamente. Pero cuando realmente te apegás…mamita querida.

Ok, basta, no.

Ahora que ya expusimos la temática sobre la mesa del blog (?) *imaginar una mesa de madera, llena de grafitis escritos por gente viajera, con frases inspiradoras*, vamos a pasar a las técnicas para lidiar con el desapego, la nostalgia, la impotencia y las ganas de volver el tiempo atrás aunque sepamos que no se puede… (aún…o que nosotros no podemos y algunas personas sí…malditos forros que vuelven el tiempo atrás):

TITINTÉCNICAS (o “tecniquitinis”) PARA LIDIAR CON EL DESAPEGO CUANDO SE VIVE DE VIAJE (que son solo dos pero porque el segundo punto tiene muchas cosas adentro entonces cuenta como más *se justificaba*)

  1. Permitirse un momento de llanto, enojo, impotencia, negación o cualquier sentimiento del estilo. Pueden ser unos minutos, una hora, o tal vez un día, pero no es recomendable que esta etapa dure más que 24hs (¿Por qué? Ah, qué sé yo…lo estoy inventando, no rompan las bolas)
  2. Ponerle toda la onda, sacar huevos de sabiduría, y en vez de pensar “por qué se terminó, por qué se tenían que ir estos potenciales mejores amigos”, simplemente entender que:
  • Si no te hubieras cruzado con esa persona, no hay ni la mínima chance que hubieras conocido esa banda de música under de Europa del este que ahora se convirtió en tu favorita.
  • No hubieras tenido esa charla que te cambió la vida.
  • No hubieras probado esa cantidad de comida que para vos en un principio era “exótica” y después se transformó en algo de todos los días. Algo que incluso vos aprendiste a cocinar.
  • No te hubieras sacado los prejuicios que tenías sobre ese país.
  • Ahora tenés una casa disponible en prácticamente todos los países del mundo. Y de tu propio país, tenés casa en todas las provincias/regiones.
  • Principalmente: no se te hubiera abierto la cabeza, ni hubieras aprendido tanto de otra cultura, ni te hubieses dado cuenta que no importa de qué país vengamos, somos todos exactamente iguales. Sí, somos todos distintos, pero compartimos miedos, sueños, sed de venganza (?).

Sí, cuesta un horror el desapego, pero está buenísimo pensar en lo increíble de los encuentros. Si estás viajando seguro te pasó que tuviste una charla mágica con alguien que te cruzaste de pedo en un hostel, porque justo no tenías donde quedarte.

Yo creo que con lo que más me quedo de las personas es con la música. Voy acumulando bandas de todos lados que me vuelan la cabeza y no sé de qué otra forma podría haberlas escuchado.

Pero básicamente, también me encanta pensar en que nada es casualidad. Que nos encontramos y convivimos con ese grupo de personas por algún motivo. Algo tenías que aprender, algo había que descubrir, algo en vos tenía que cambiar, o ellos te necesitaban. Pero todo pasa por algo, y deberíamos quedarnos con eso. Deberíamos simplemente quedarnos con lo increíble de que haya pasado.

Los viajes son los viajeros.

3 Comentarios

  • Alex Ferrero

    Como cuesta el desapego. Leyendo tu post me puse reflexivo yo también Titin (era el objetivo me parece) y llegué a la conclusión que en todo ámbito está presente el desapego, tiene una parte muy importante en nuestra vida.

    Es importante seguir las técnicas que mencionas porque nos sirven para seguir adelante, continuar conociendo personas, compartiendo momentos, aprendiendo lo que es vivir. Las despedidas es una parte más de todo el conjunto, hay que saber superarlas.

    Gracias por la reflexión certera Angie, nos vemos en el próximo post .

    • Titinroundtheworld

      ¡Hola Alex! Sí, más de un año más tarde te estoy respondiendo este mensaje PERDÓN. Cuando estaba en Australia (que escribí este post) estaba en el medio del campo e internet era malíiiiiiiiiiiiiiisimo. Me acuerdo y me vuelvo a estresar jaja

      Sí, las despedidas siguen siendo lo peor. Puedo con el desapego de lo material, de los lugares, pero de las personas con las que conviví…me cuesta horrores.

      Attatchment is a bitch!

      Besote gigante y gracias por leerme y PERDÓN por haberte respondido tan tarde