Argentina,  Reflexiones

Costumbres que adoptás después de vivir de viaje

Las costumbres que nos quedan después de vivir de viaje a veces nos juegan en contra.

Viviendo de viaje nos hacemos más proactivos, abiertos, adaptables…pero también…también nos convierte en inadaptados sociales.

Volver de un viaje largo o de haber vivido mucho tiempo en otro país/países trae aparejadas muchísimas consecuencias sobre las que podría pasarme hablando una semana entera. Hoy, ahora, solo quiero hablar de las costumbres que adopté y  que me estuve dando cuenta en estas últimas semanas.

Estoy en Argentina desde diciembre pero recién ahora me cayó la ficha que tengo ciertas conductas que claramente me quedaron por haber vivido de viaje. Y que no sé si debería quitarme o no (porque a veces termino incomodando a la gente que me rodea), porque sé que cuando vuelva a salir de viaje las voy a recuperar.

Voy a enumerar solo las que más problemas me traen pero probablemente tenga muchas otras.

Gesticulo y hago muchas señas cuando hablo

Acostumbrada a estar en países en los que no se habla ni inglés ni español y tener que recurrir a las señas para que me entiendan, ahora no puedo parar. Hago señas de todo. Pido una lapicera, en español, a alguien que habla en mi mismo idioma e igual hago la mímica de escribir. Siempre fui de gesticular, pero ahora es terrible. Me di cuenta cuando me vi hablando en videos y viendo a la gente que me mira las manos todo el tiempo mientras hablo.

Pienso que la gente alrededor mío no me entiende

y hablo a los gritos

Esta es terrible. Siempre está todo el mundo callándome porque les hago pasar vergüenza con mis comentarios. Pienso que la gente desconocida no habla español así que hablo como si estuviese sola. Sigo sintiéndome anónima y con esto paso a la tercera cosa…

Me siento extranjera

y camino por la calle totalmente en la mía

En capital sigo siendo una anónima pero en Junín es probable que me cruce a alguien que conozco, pero voy tan en la mía acostumbrada a ser una nadie en todos lados que me pueden llamar a los gritos que nunca voy a pensar que me están llamando a mí.

Hace tanto que no vivo en Junín

que no me acuerdo las calles y quedo como una pelotuda total

Una vez iba caminando por Junín (sé los caminos por inercia) y me frena una camioneta con gente de San Nicolás que andaban buscando el Registro Civil.

Primero que tardé en darme cuenta que me estaban hablando a mí justamente por este temita que pienso que nunca nadie va a estar dirigiéndose a mí en la calle y después me quedé con cara de “no tengo la más puta idea”.

Ay perdón no tengo idea.

Ahhh…¿no sos de acá? – me preguntan medio desconfiados porque yo venía cargando bolsas del super y es raro que uno no sea de Junín si está en Junín.

No…sí…pero hace mucho que no vivo acá- Respondo pensando en que, por más que no vivo en Junín desde los 18 años hasta no haberme ido de viaje (a mis 24) obviamente me seguía acordando de las calles y los lugares porque volvía a Junín cada dos meses o tres como mucho.

La gente se terminó yendo muy confundida mientras yo seguía pidiéndoles perdón por no saber.

Saludo a la gente con besos y abrazos aunque sea la primera vez que las veo

Cada vez que mis amigos me presentan a alguien acá en Argentina los saludo con un abrazo y quedo como una desubicada total. Si fuese extranjera, tendría esa excusa, pero soy Argentina. Quedo como una taradita potenciada.

La cantidad de gente que se ha quedado sin saber qué hacer conmigo supera los dedos de mis manos y mis pies. Pido perdón a la gente que incomodo pero estoy acostumbrada a abrazar todo el tiempo. No sé. No me lo puedo sacar.

Esta es una de las cosas que más me avergüenza pero no puedo desacostumbrarme. Es como que la gente me agarra un hombro y yo tiré los dos brazos y me quedo unos segundos abrazando. Ay no, qué vergüenza posta, cuando me doy cuenta la paso muy mal pero en general ya es tarde.

Acá hago una aclaración. El tema de los abrazos es cuando conozco latinos en el extranjero o gente viajera. La gente que vive en otros países tampoco abraza. Mi problema es la latineada y la gente viajera que conozco en hostels.

Cada vez que voy a la casa de alguien me manejo como si estuviese en la mía

Después de pasar años viviendo en casas compartidas o caer en lo de Couchsurfers que siempre te dicen “hacé como en tu casa” me quedó la costumbre de manejarme como en mi casa…en todas las casas a las que voy. Y eso también me ha traído incomodidades. Entro a la cocina y saco platos, abro la heladera y ayudo a acomodar todo sin que me lo pidan pero…también, costumbre total. Perdón otra vez.

Soy muy directa y no doy vueltas

con lo que quiero o lo que pienso

Acostumbrada a los tiempos de viaje (que tal vez conocemos a las personas solo por tres días) estoy acostumbrada a decir lo que pienso o invitar a la gente a salir o lo que sea sin pensarlo. Y acá no da. Acá parece hasta de mala educación. Juro que no es de maleducada sino que, de verdad, perdí el filtro.

Soy el tema tabú de mis amigos y conocidos

y la de las conversaciones tabú

Me di cuenta que perdí el filtro totalmente y suelo incomodar a la mayoría de mis amigos. No lo hago a propósito pero me acostumbré a hablar de todo con extraños que acabo de conocer, entonces, ¿cómo no voy a hablar de cualquier cosa con la gente que ya conozco?

Es re raro, pero pasa. El 80% de las conversaciones con mis amigos son cortadas por un “Angie, demasiada información”.

El otro día fue a ver una banda de reggae francesa (que por cierto ya contaré todo…terminé en el backstage con Nonpalidece (???), no, fue muy bueno posta…todo muy cualquiera), y me hice amiga de un tipo africano que resultó ser el RRPP de los Nonpalidece (bah, que les hace los contactos con el afuera).

Cuestión, cuando el tipo me empieza hablar yo puse el travel mode: on y le empecé a preguntar de dónde era y esas cosas. Cuando me dijo que era de África, le pregunté de qué país, cuando me dijo que del Congo Belga, le pregunté por qué había venido (asumiendo que escapó de la guerra civil) y cuando me lo confirmó le pregunté cómo había sido el viaje y toda la situación, porque me intrigaba de verdad. Yo voy tanteando igual, si veo que la gente no me quiere contar, no presiono, pero me interesan mucho las historias de vida. El punto es que, a mi segunda pregunta sobre la guerra y la familia, con un tipo al que acababa de conocer, las dos pibas ya estaban rojas, mirándome horrorizadas y de a poco se fueron corriendo y nos dejaron solos.

Le hablo a todo el mundo por igual

No entiendo la diferencia entre alguien que acabo de conocer y un amigo. Porque me acostumbré a hablar de todo con todos. Cuando me junto con gente que viaja, está todo bien. Pero a veces voy caminando por la calle y hay alguna situación que amerita meterse y me meto y comento alguna huevada y la gente se me queda mirando como “¿y esta quién carajo es?”.

Hablo con muchos regionalismos mezclados

Meto argentino, español, inglés, chisteo como en Macedonia, hago “puft” (?) como los franceses y me sigo riendo como coreana tapándome la boca cuando estallo a carcajadas.

Resumiendo, me siento totalmente desubicada el 90% del día. Posta. Por un lado me divierte, por el otro, estoy totalmente inadaptada socialmente. O por lo menos en esta sociedad en la que estoy ahora. Mi forma de ser (que cambió mucho desde que viajo y las costumbres que agarré) no están bien vistas acá y mi ser se redujo a un 50%. No puedo ser yo todo el tiempo porque incomodo al resto.

Malditos viajes que me transformaron en una inadaptada social.

Ahora ya la careteo bastante bien (o me estoy juntando con gente que viaja y entonces estamos en la misma).

¿A ustedes les pasa?

Aprovecho para volver a pedirle perdón a todos esos que incomodé cuando me conocieron por primera vez y me les tiré encima con un abrazo y un beso y les hablé como si nada, a los que les pregunté o les conté cosas que tal vez solo esperan de amigos y a los que no supe indicarles una dirección en Junín a pesar de que es la ciudad en la que nací.

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