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Desarrolle – Un día del orto

DESARROLLE – UN DÍA DEL ORTO

día del orto

Titín: Che Lucho no sabés tuve un día del orto.
Lucho: Noooo, ¿qué te pasó?
Titín: Nada un millón de huevadas pero que se fueron acumulando, malísimo.
Lucho: Pero contame boluda, descargate, te va a hacer bien.
Titín: Mirá que si empiezo a hablar no paro más eh. Ésto puede llegar a ser una catarata de descargo total.
Lucho: *se acomoda en la silla, toma un sorbo de té y se acomoda el monóculo* Desarrolle, te leo.

La dinámica creativa #Desarrolle surgió, con Lucho de “Una vuelta por el Universo”, por esa necesidad de descargo que solemos tener los que vivimos viajando. La necesidad de contar todo lo que pasa y compartirlo entre nosotros porque es probable que ya ni amigos ni parientes nos quieran escuchar. Y probablemente, tampoco nos entiendan. #Desarrolle no es más que una invitación a sacarte de encima eso que venís acumulando. Lo haremos bajo una premisa por posteo. Para esta primera, nos vamos a sacar de encima un día del orto ¿Te sumás?

Si quisiese hacerlo apropósito no me saldría

Hoy tuve un día del orto. De esos días que parece que me autoprovoco para convencerme que estar quieta y no viajando me hace mal. Soy muy buena buscando (creando) razones para justificar lo que quiero hacer o lo que hago. No es que no lo sepa eh. Soy bastante pilla en ese sentido pero boludo te juro que tuve un día del orto total. De esos que sí confirman que no estoy donde tengo que estar o que ya estuve lo suficiente y es hora de ya vete de aquí maldita perra. (?)

Me desperté a la hora de siempre para salir a caminar y luego empezar a laburar. Llovía. Como no podía volverme a dormir, decidí levantarme igual, trabajar y salir a caminar cuando el tiempo mejorara.

Prendí la compu. La compu no prendía. Y que no prenda la compu es de esas cosas que a uno no pueden sucederle porque para uno la compu es el todo. Ahí está mi vida entera. Decidí fingir que la compu solo necesitaba unos minutos más porque llovía (????), me hice un café (que se quemó y volqué la mitad porque no me di cuenta que le agua había hervido y cuando lo fui a servir saltó, el café hervido me quemó tres dedos así que solté la cafetera del susto y el 50% de la taza fue a parar al lavaplatos) y volví a intentar con la compu. Después de 45 minutos y 2.345.257 actualizaciones, la compu prendió. El WIFI no andaba.

Me hice mates. El WIFI arrancó. Lento, pero ahí estaba.

Abro los mails, en la casilla un mensaje de un cliente puteándome porque había interpretado mal un mensaje mío. Si hay algo que me pone del orto es la gente que ante la duda asume algo negativo.

día del orto

¿Acaso te di motivos, en lo que va de nuestra relación laboral, para que pienses que te quiero cagar? ¿Y por qué me tengo que fumar esa mala onda gratis?

Mientras respiraba hondo para no putear yo también (lo que me consumió muchísima energía porque a mí la chapita se me salta fácil), me viene. Me indispongo en ese instante, sin aviso, como si no faltara una semana en el calendario. Me viene justo cuando tengo que viajar. Típica.

El día ya había arrancado tambaleante (echémosle la culpa a Mercurio retrógrado nomás), y yo estaba hormonalmente en otro plano. En el plano de canalicemos la energía con ejercicio o me voy a las piñas con el primero que se me cruce.

Notando que mi estrés y descontento iban en aumento (miren cómo rimo y todo), mi roommate me sugiere ir a caminar para despejarme. Había parado de llover. Convencida de que necesitaba aire libre, acepté la sugerencia gustosa.

No terminé de ponerme las zapatillas que suena el trueno más fuerte de toda la semana. Fue uno solo y fue en ese momento. Empezó a diluviar. ANDÁ IGUAL, me grita motivándome mi amiga. VOY A IR IGUAL, devuelvo el grito empoderada.

Bajo, hago una cuadra bajo la lluvia esquivando gente y viejas con paraguas asesinos cegadores, y me cruzo a mi ex, que no veía desde 2014 cuando fue a despedirme a ezeiza, que venía de la mano muy feliz con su novia actual. ¿Quién se cruza a alguien en plena avenida mega concurrida de Capital Federal? ¿Por qué el universo pensó que era eso lo que andaba buscando cuando dije “necesito distraerme”?

Sí, grandes problemas muy primer mundistas los míos, lo sé, pero viste cuando decís ¿para qué carajo salí de la cama? ¿O es que justamente debería haber sido un pastelito horneado de canela y quedarme envuelta en mil sábanas?

Sí sí, estamos de acuerdo con las energías y que uno atrae cosas y todo pasa por algo. Pero yo te juro que estas cosas viajando no me pasan.

A mí dame esos colectivos de mil horas todos destartalados, porque la diferencia es que pasan porque los busqué. Me di cuenta que a mí me gusta sufrir viajando nomás. Y los sufrimientos viajeros suelen convertirse en las mejores anécdotas.

Pueden leer el #Desarrolle del día del orto de Lucho en este link