Anécdotas Bizarras,  Macedonia

Cómo perder a un hombre en 4 días – 2nda parte

Cómo perder a un hombre en 4 días es una guía completa sobre cómo perder a un hombre; guía que confeccioné basándome en mi experiencia mientras intentaba lograr exactamente lo contrario.

(Para los colgados del catre, acá tienen la primera parte, que recomiendo leer antes de continuar con este posteo: Cómo perder a un hombre en 4 días – 1era parte)

Bienvenidos a esta segunda y última parte (por suerte) de mi historia con Brendan. Digo “por suerte” porque con Brendan se terminó, pero claramente éstas son cosas que me van a pasar toda la vida.

Pero eeeeeen fin.

En lo que respecta a él, ya había dado por sentado que no tenía ningún interés en mí. De ningún tipo. Ya había dado por sentado que este pibe era lo suficientemente polite para responderme lo que le preguntase, para saludarme cuando me veía, pero no para nada más.

Que era esa clase de pibe que representa el sueño de muchas. Porque es lindo y simpático y tierno y gracioso y *empieza a temblar y habla -tipea- cada vez más fuerte* LE GUSTA VIAJAR Y ES RE TOLERANTE Y TE COCINA Y Y…*cae al piso y rueda mientras le sale espuma de la boca*. Esa clase de pibe que solo está con una piba que es igual que él: linda, simpática, inteligente, libre, graciosa, que todo le sale bien. No una piba como yo: un desastre de la creación toda inútil, que no sabe cómo tener una conversación de persona normal, torpe y ridícula. Que intenta cocinar y se le prende fuego el arroz.

Pero en fin, luego de la conversación frustrada (y una vez que Brendan se había ido, obvio), volví a la habitación, agarré mis cosas, armé la mochila y me fui de Macedonia (?), no mentira, me fui a pasear por ahí y volví lo más tarde que pude.

Al día siguiente, después de desayunar y mientras me ponía al día con los mails, las fotos y el blog, viene mi bestie (el señor de la recepción), se sienta en una mesa al lado mío y me dice:

Brendan se fue a Bittola.

Ahhhh, ¿es la ciudad de acá cerquita no?

Sí, tiene muchos edificios históricos y muchos cafés.

Ahhhh, tengo que ir también.

Síiii, podrían haber ido juntos…

Sí…jajaja.

Claro, qué iba a saber el buen Señor de mis creepiadas. En realidad, Brendan había reaccionado bien siempre pero qué sé yo qué pensaría de mí.

Terminé con mis obligaciones online y me fui a pasear. Mientras estaba en el super comprándome algo para almorzar, me acordé que reeeeeee podría teñirme el pelo ya que era la única en la habitación y el baño (que estaba adentro de nuestro cuarto) era increíble.

Dando vueltas terminé volviendo al hostel tipo 3 de la tarde. Me acerqué a la recepción y le pregunté a mi fiel señor (?) a qué hora volvería Brendan porque no da ocupar los baños del hostel tanto tiempo.

Tipo 8, 9, por ahí. Ahora hay dos japoneses también en tu habitación y a la noche llega otro chico.

Joyaaa, ¿y los japoneses dónde están? Porque en la habitación no hay nadie.

Se fueron a pasear hace un ratito así que seguro vuelvan en un par de horas.

Geniaaaal.

Me encerré en el baño, me preparé la mezcla y me empecé a teñir. Quería sacarme el rubio que se me había generado por lavarme con el bicarbonato de sodio durante tanto tiempo y volver a mi color. Y ya que estaba, cubrirme las malditas canas.

Tenía puesto la ropa más rota en mi haber (por si se manchaba) y me había fabricado un poncho con una bolsa de residuos negra que había encontrado en el hostel. A los 15 minutos terminé de cubrirme toda la zona a teñir (?) y me miré al espejo y me cagué de risa. No solo era un desastre saparrastroso, sino que estaba envuelta en una bolsa de basura y desde la frente hasta la mitad de la cabeza, tenía el pelo tan aplastado que parecía que 5 vacas me hubieran estado lamiendo.

Tenía que dejarme la tintura puesta por 40 minutos, recién habían pasado 5 y ya me estaba afixiando por el olor. Además me daba paja quedarme encerrada en el baño. Mientras pensaba en qué hacer, escucho la puerta de la habitación. Eran las 4 de la tarde y como había escuchado voces asumí que eran los japoneses.

Ay qué pajaaaaaaaa, me van a odiar por el olor que hay acá adentro, pero bueno joya, tengo que salir porque sino me van a odiar peor.

Me agarré mi pelo lamido y pegajoso, lo hice un rodete e intenté una bolsa de basura en la cabeza (me parecía un poco más “presentable” que estar con la lamida de vaca). Qué le importaba a los japoneses ¿no? Pero bueno. Igual, fue un intento fallido porque la bolsa se rompió. Debía salir con la lamida nomás.

Cuando estoy por abrir la puerta del baño mi cerebro me atacó.

Sabés que es obvio que es Brendan el que entró ¿no?

Na, pero si son las 4 de la tarde recién– me respondo a mí misma.

Sí sí, pero vos sos Angie, y siempre te pasan estas cosas.

Pero faltan como 4 horas para que llegue el chabón.

No importa, ¿querés apostar? 

Saqué la mano del picaporte, todavía adentro del baño y me puse a pensar que…OBVIO. Sí…totalmente…totalmente es Brendan…porque soy yo. O sea, ¿qué esperaba? ¿qué pretendía que pasara? ¿que el chabón llegue cuando ya tengo todo el pelo limpito y divino? Obvio que no.

La concentración de olor a tintura ya me estaba mareando así que tenía que salir sea quien sea.

Abrí la puerta salí con la misma resignación como cuando vas a rendir un final oral sabiendo que te va a ir como el orto. O como cuando eras chico, te habías mandado una cagada, tus viejos se enteraban y te llamaban a hablar.

Salgo del baño, ropa asquerosa, envuelta en una bolsa de residuos, cinco lamidas de vaca en la cabeza, partes de la frente y el resto de la cara rojas y brotadas porque me había refregado la tintura que se me había chorreado mientras me teñía, y obviamente, sentado de frente a mí, estaba Brendan.

Él, todo divino, sonriente y quemado porque se ve que había caminado mucho y yo…yo envuelta en una bolsa de basura.

Paso número 3:

ASEGURATE DE QUE TE VEA EN TU PEOR ESTADO POSIBLE

¡Hola Angie! – por suerte no me mira tanto en ese momento porque estaba concentrado en su celular.

¡Hola! – le respondo mientras le paso para atrás, me acomodo el poncho de basura y me siento en mi cama.- Perdón por el olor a tintura, si vas al baño…respirá hondo.

Jaja ok, ¿cómo estás? – me pregunta mientras se gira en la silla para quedar de frente a mí otra vez, y ahora sí, mirándome a los ojos.

“Y…Brendan…la verdad que me quiero pegar un tiro en el medio de la ——- después coserla, para cortármela con un cuchillo que además de filo tiene espinas y larga limón y ácido, agarrar los pedazos y tirarlos al mar junto con toda mi felicidad y lo poco que quedaba de mi dignidad”, pensé. 

Bien bien, ¿vos? ¿Cómo te fue en Bittola?– le pregunto. Lo bueno de todo esto es que ya estaba tan resignada que había perdido la vergüenza y podía ser yo. Ya Brendan era un pibe más de los que conozco viajando, de los potenciales amigos que te vas haciendo en los viajes.

Muy buena. Tenés que ir. Está lleno de cafés, creo que me tomé como 5. ¿Vos qué hiciste? ¿Cómo va el libro?

Bieeeen, hoy escribí antes de desayunar y después me fui a pasear, pero me volví temprano porque quería teñirme el pelo. Es más, Señor me había dicho que volvías tarde, por eso me metí, sorry si estabas esperando o querías usar el baño hace mucho.

No no, todo bien. Bueno me voy a poner a orgnizar las cosas que me voy mañana. Se pasó volando. Muy bueno Macedonia, hice bien en parar un rato acá.

¿Cuánto tiempo estuviste?

¿En Ohrid?

Sí.

Mañana una semana. Bueno, nos vemos más tarde.

Me quedé sola en la habitación pensando, básicamente, en por qué. Por qué. ¿Por qué siempre me pasan estas cosas? ¿Por qué al Universo le encanta hacerme ésto? Porque no es la primera vez que me pasa. Bueno, lo de la tintura sí, pero siempre meto la pata de alguna forma o quedo como una ridícula total. Y me tenté. Me tenté sola en la habitación, envuelta en mi bolsa de residuos y la mitad de mi pelo aplastado y grasoso pensando en la situación desde afuera, desde el punto de vista del pibe. Posta, ¿qué habrá pensado este chabón? Porque en las películas, siempre la ridícula termina quedándose al pibe por ridícula, pero en la vida real eso no pasa.

Finalmente, después de mandarle audios a mis amigos contándoles la situación, pasó el tiempo necesario, me saqué la tintura, me bañé y me quedé en el escritorio de la habitación a seguir con el libro.

Mientras estaba super concentrada en la compu vuelve a entrar Brendan.

¿Estás escribiendo el libro?– me interrumpe. Qué mal me hace cuando estoy escribiendo toda poseída y me interrumpen.

Me doy vuelta, un poco desganada y medio cara de orto para quedar de frente y mirarlo. Sí, deben pensar que soy una forra, lo sé, pero es que cuando escribo escribo y no hay nada peor que me puedan hacer que interrumpirme y mi primera reacción es siempre una cara de culo.

Síii. ¿Vos? ¿Ya tenés todo organizado?– le seguí la charla porque es tan bueno que no daba no responderle o responderle monosilábicamente.

Casi, me falta lo de acá de la habitación– me dice mientras se pone a acomodar las cosas.

Me doy vuelta yo también y me vuelvo a concentrar en la escritura.

A los 20 minutos vuelve a hablar.

Bueno me voy a cenar- avisa en voz alta.

Dejo de escribir, me doy vuelta no sabiendo si estaba hablando solo o me lo contaba, pero como estaba mirándome, le digo algo como bueno, que te vaya bien. 

Gracias- me responde y se da vuelta a buscar sus cosas- ¿vos ya cenaste?

Me vuelvo a dar vuelta para mirar el reloj en la compu. Eran las 18:30.

Naaa, obvio que no- le digo mientras me pongo a escribir. –Es re temprano todavía.

¿Cómo re temprano?

Son las 18:30.

Es la hora perfecta para ir a cenar Angie…

Sí, lo será para vos, yo estoy acostumbrada a cenar más tarde-. Le respondo sin dejar de escribir y esperando que se vaya y deje de hablar de comida que me estaba dando hambre.

Ok– me responde y empieza a irse hacia la puerta. La abre y cuando está saliendo dice más para él que para mí:

Oh…well…it was worth a try”.

Y cierra la puerta.

Paso 4:

NO ENTENDER QUE TE ESTÁ INVITANDO A CENAR Y RECHAZARLO SIN DARTE CUENTA

Dejé de escribir instantáneamente.

It was worth a try.

IT WAS WORTH A TRY.

Pasaron varios segundos antes que mi cerebro deje de repetir lo que acababa de escuchar y entendiera la flor de pelotudés que acababa de hacer. Entienden ¿no? El pibe me dijo de ir a comer y yo no entendí. La noche antes de irse forever. Después de todas las cosas que pasaron, obviamente el pibe no querría ir a comer solo y yo era la única ahí, pero aún así, era Brendan.

Y yo acababa de decirle que no. Y no solo dije que no y le importó, sino que encima, tuvo que tirar ahí un “bueno por lo menos lo intenté”.

Además…esa frase, en inglés, es re de película, ¿quién dice eso en la vida real? Bah, mejor dicho, ¿quién lo dice en voz alta?

Me quedé mucho tiempo sentada en la compu pensando lo que había pasado y cuando me di cuenta, después de repetirme la charla en la cabeza mil veces, ya no daba salir corriendo atrás y decirle “ay sabés que, me dio hambre”.

Mandé audios a mis amigos contándoles lo sucedido, me cagaron a puteadas, nos reímos mucho con la parte de la tintura y yo envuelta en la bolsa de residuos y volví a escribir.

Ya estaba, ya fue.

Seguí escribiendo una hora más, y mientras me paraba de la silla para estirarme un poco y ver qué carajo iba a comer, entra un pibe a la habitación.

Holaaaa- me saluda todo contento.

Holaaa, ¿cómo va? ¿Llegaste recién?- Le saqué charla acordándome que el Señor me había dicho que hoy llegaba alguien más.

Síiii, no doy más, caminé 5 km con la mochila. ¿Vos?

Uhhh qué paja. No, estoy hace 3 días que estoy ya– le digo mientras me pongo a buscar la billetera.

Yo estoy viendo cuánto me quedo, no tengo muchas ganas de moverme tan rápido, ¿estás viajando por los balcanes?

No no, vine directo a Macedonia. O sea, lo re quiero hacer, pero por ahora me quedo acá nomás. ¿Vos?

Síii, vengo desde Kosovo.

Ay qué geniaaaaaaaaaal. Muero por ir.

¿Ya cenaste?

No, de hecho me estoy cagando de hambre.

Bueno, ¿me bancás que voy al baño y vamos?– me pregunta.

Obvio- le respondo. Y mientras el pibe se mete al baño, me puse a pensra que, si bien no tenía nada que ver a lo que había pasado con Brendan, porque siempre salgo a cenar con la gente de la nada y etc., así debería preguntársele a alguien para ir a cenar, con un directo¿vamos a comer?”, no “ay, ¿ya cenaste? Porque tal vez estás preguntando de curiosidad, qué sé yo.

Cuando el pibe ya está listo y estamos yendo hacia la puerta de la habitación, se abre y entra Brendan.

Naaaa, ¿¡Brendan!? – grita el recién llegado mientras se abrazan re contentos.

Yo quedo paradita atrás, sin emitir sonido.

Noooo, ¿qué hacés acá? Pensé que de Kosovo ibas a Serbia.

Sí, era el plan pero quiero ir a Albania y quedaba más directo desde acá. Che, estamos yendo a cenar con ella -me señala con la cabeza- ¿querés venir?

Silencio de unos incómodos e interminables 3 segundos, en el que Brendan lo mira al chabón y después me mira a mí.

Yo me pongo verde, y como no me corría la mirada balbuceo un: ya…ya son las 8 por eso…

Claro, ahora sí es tu hora de cenar…jaja…-dice y lo mira a su amigo- no no gracias, recién vengo. Fui temprano. Muy temprano, aparentemente jaja.

5to y último paso:

NO ESPERAR NI DOS HORAS DE RECHAZARLO Y ACEPTARLE LA INVITACIÓN A UNO DE SUS AMIGOS

Al día siguiente me levanto, y cuando estoy yendo a desayunar me lo cruzo.

Y ¿a dónde fueron anoche, qué comieron?

¡Hola! Al de acá a dos cuadras. Pedimos los ají rellenos y las papas, re barato.

Bueno, John está desayunando abajo.

¿Quién?

¿John? Con el que fuiste a cenar anoche…

Ahhh….- me quedo mirándolo sin entender por qué me decía. Cuando viajamos no nos decimos los nombres, en general te preguntás de dónde sos, no cómo te llamás.

…tal vez querías ir a desayunar con él también…

Ahh…no no, me estoy yendo afuera, voy a hacer tiempo hasta que llegue mi amigo con el que voy a alquilar el dpto. Llega hoy.

¿Cuánto tiempo te vas? Yo me voy en 2 horas, ¿volvés antes?

No sé…no creo, te saludo ahora.

Nos abrazamos, nos deseamos buenos viajes, él me deseó suerte con el libro y me fui.

Una siempre debería tener en cuenta que si una es una Angie, siempre todo puede estar peor. Y cuando pienses que no existe forma posible de cagarla aún más…sabela…SABELA que lo peor está por venir. 

Espero que esta guía les sirva para no sé…evitar teñirse el pelo en un hostel…o…darse cuenta si las están invitando a cenar.

No sea una Angie amiga mía. O si le pasa, confeccione una guía así las demás podemos evitar sus errores.

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