Qué hacer en Mendoza
Argentina,  Mendoza

Qué hacer en Mendoza, Argentina

Hablemos de Mendoza.

¿Por qué Angie?

Porque yo lo digo y se acabó.

Ah muy bien, nos parece muy pedagógico de su parte.

SILENCIO

*grita con eco y voz tenebrosa mientras sacude a un público imaginario sumergido en la penumbra*

Hablemos de ir a un lugar por primera vez, de ir sin expectativas ni preconceptos muy exquisitos.

Hablemos de viajar con el cuerpo antes que la mente tenga tiempo de asimilar a dónde estamos yendo.

Así caí en Mendoza.

¿Eso habrá ayudado a haber tenido tan magnífica primera impresión? *cuestiono mientras miro al horizonte pensativa*

Puede ser. Aunque en realidad, nunca suelo anticiparme mucho a los lugares (aprendí a lidiar con grandes expectativas hace años), ni tampoco quiero quitarle el mérito a Mendoza en sí.

Por eso y porque me gusta hacer listas, voy a enumerarrrrrrrrr:

Todo lo que va a pasarte si alguna vez visitás (Y MÁS TE VALE QUE LA VISITES, CARAJO) Mendoza

Te vas a dar cuenta que para ver paisajes increíbles no tenés que irte tan lejos (a menos que seas de Tierra del Fuego (?) … pero igual hacé el esfuerzo que vale la pena).

Todas las rutas son un paisaje volador de pelucas en sí mismas.

Hacés dos kilómetros y ya tenés montañas de fondo, algún lago que te hace largar un “mirá boludo” exaltadísimo y filas interminables de viñedos. Toda casa que te cruzás es “cómo viviría ahí, mirá la vista que tendría todas las mañana”.

Vas a querer interactuar con todos los locales

Apenas llegué, y luego de tener que hablar con un par de mendocinos para averiguar… cosas (?), la gran pregunta inevitable fue ¿Son todos los mendocinos así o me estoy cruzando con la gente correcta? A lo que toda la gente que alguna vez había puesto un pie en esta hermosa provincia estuvo de acuerdo: “no no, son así”.

Los mendocinos, son, hasta ahora, la gente más buena onda Y SIMPÁTICA Y TIERNA Y AMABLE Y ADORABLE Y EDUCADA QUE CONOCÍ EN ARGENTINA. Ojo, no recorrí mucho aún y ahora que recuerdo, los tucumanos que conocí en Nueva Zelanda eran una masa pero, basándome en mi experiencia dentro del país. VIVA MENDOZA.

Todos me trataron super bien, desde los puestos de comida, el chico del informador turístico de ciudad de Mendoza, la señora del informador turístico de Tunuyán, los pibes de la rotisería de la esquina, el del quiosco. TODOS.

Si venís de provincia de Buenos Aires, vas a calmar un poco la ansiedad

Esto es un vaivén constante en mi vida. Mientras estoy viajando, me convierto en una hippie pacifista paciente y Buddha total. Estoy tres días en Buenos Aires y me agarra el ataque de querer todo YA YA YA.

Un día en Mendoza bastó para reacomodarme los chakras (?), no, para reacomodarme la ansiedad, bajar 5 cambios y disfrutar de un ritmo que no te corre. Ese ritmo persecuta con el que la mayoría de los de Buenos Aires vivimos y que no nos damos cuenta que tenemos hasta que nos alejamos un poco.

Ritmo insalubre total que los mendocinos parecen controlar a la perfección.

Andá a un café, pedite algo y disfrutá del tiempo que pensabas que no tenías y en realidad, es lo único que tenés.

Vas a recordar que en Argentina se duerme siesta

No importa que sea la capital de la provincia, al mediodía cierra todo (excepto cafés y restaurants) y la siesta se respeta, CARAJO.

Te irás con varios kilos de más

Perdón, pero ¿puedo hablar mil horas de lo ricas que son … ABSOLUTAMENTE TODAS LAS HARINAS DE MENDOZA? Todo eso que está prohibido y engorda. Esa harina blanca que te hincha pero que sabe exquisita, es adicta y huele tan bien. ¿POR QUÉ MENDOZA POR QUÉ ME HACÉS ESTO?

Uno de los momentos de mayor felicidad a lo largo del viaje, fue cuando vimos un puesto que leía “Pan Casero” en el camino entre la ciudad de Mendoza y la estancia de Villa Vicencio.

Habíamos acordado dejar la gordura para cuando volviésemos de ver toda la reserva natural.

Menos mal que cuando volvimos estaba abierto porque, honestamente, lo único que mi cerebro recuerda de la estancia Villa Vicencio es “¿YA VOLVEMOS A POR EL PAN? ¿YA VOLVEMOS A POR EL PAN?”.

Cuestión, luego de la aventura, hicimos el camino de vuelta y efectivamente, allí estaba el puestito.

Estacionamos, y gran fue mi sorpresa cuando la señora que lo atendía dijo: “tenemos pan casero, pastelitos, torta de chicharrón y sopaipillas”. Mi sorpresa y alegría fueron gigantes aunque casi me como un sopapo.

Procedo a explicar. En julio de 2015, escucharía por primera vez, hablar de “sopaipillas”. Mientras me encontraba cosechando brócolis en un pueblo en Australia, había conocido un grupo de chilenos que en una tarde de lluvia, nos habían enseñado a cocinar “sopaipillas” (pronunciado: sopaipiiiiiias, obvio). EXQUISITAS y desde ahí, para mí “sopaipilla” era algo chileno.

Así que la charla con la señora mendocina fue más o menos así:

Señora: … y sopaipillas.

Yo: *ojos de huevos fritos* ¿¡SOPAIPILLAS!?

Señora: Síii

Yo: AY SÍII, ¿sopaipillas chilenas?

Señora: ¿Cómo chilenas? Sopaipillas mendocinas

Yo: ¿QUÉ? ¿TENEMOS SOPAIPILLAS EN ARGENTINA?

Señora: *cara de “qué ignorante esta piba* ¡Sí!

Yo: y… QUÉ TIENEN, CÓMO SON, QUÉ QUÉ. SOPAIPIIIIIIASSSSSSSS.

Señora: *pone la bendita sopaipilla en una bolsita y me la da, junto con dos pastelitos y una torta de chicharrón*

De este relato saco dos cosas: 1. Si pudiera, diría “sopaipillas” una vez al día. 2. QUÉ RICAS SON. Si viviese en Mendoza, desayunaría sopaipillas todos los días.

*muere de diabetes en una semana*

Se te van a limpiar los pulmones

Por dio’ qué aire puro que se respira por esos lados.

Foto con paisaje clarito para demostrar que no hay nada en el aire (?).

Vas a tomar vino exquisito todos los días

Bueno… eso depende de tu orden de prioridades, por supuesto. Si sos como yo, tal vez inviertas más en en sopaipillas (no puedo parar), pero aún así, vayas a donde vayas la oferta de vino incluye siempre vinos de calidad que en otro lugar conseguís (si es que lo conseguís porque varios vinos solo se venden en la zona) al triple del precio original.

Oh Malbec de la zona de Luján de Cuyo, cómo he de extrañarte todas las noches. Y LOS MEDIODÍAS Y LOS DESAYUNOS, DÓNDE ESTÁ MI MALBEC, DÓNDE ESTÁ MI MALBEC (?).

Te vas a querer casar con todos los pibes (?)

No bueno, esto te pasa si sos una babosa como yo. Pero… ¿POR QUÉ TIENEN ESA TONADA POR QUÉ? ESTÚPIDOS Y SENSUALES MENDOCINOS.

Mención especial al lugar de comida re piola eh guacho qué hacé’ papá a los que le compramos un pollo pa mi viejo y un panqueque de verduras para mi pa llevar.

UNO MAS AMOROSO QUE EL OTROOOO.

Y encima pedí limón para condimentar y no tenían y el pibe me dice “¿Puedo ponerte minerva en un vasito? Porque no tenemos limón” *cara de perro mojado*.

Yo por fuera: “Sí obvio, no hay drama”

Yo por dentro: “PEEEROOOO VOS Y TU TONADA PUEDEN EMBADURNARME EN MINERVA”.

Vas a poder darte el lujo de visitar lugares históricos importantes para la historia del país

Es realmente difícil explicar la sensación que genera saber que te estás parando en el mismo lugar donde surgió una idea crucial que cambiaría el rumbo de la historia de un país.

No vas a poder irte

¿POR QUÉ MENDOZA POR QUÉ? ¿POR QUÉ TAN GENIAL, TAN FUGAZ, TAN EFÍMERA (?) TAN… TÁN TÁN TARÁAAAN TÁN TÁAAN TARÁAAAN *marcha nupcial porque se casa con la provincia*.

Ya volviste, ya estás de nuevo en tu casa después de un viaje increíble. Te deprimís, te bajoneás porque pensás que volviste, pero querido amigo viajero, lo que no te diste cuenta es que dejaste la mitad de tu corazón en Mendoza y en realidad, ya nunca te vas a poder ir.


Tengo un podcast también ¿sabías? Podés escucharlo en SpotifyApple Podcast, , Google Podcast,  y Youtube

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