Febrero – La turina es letal

Querido blog:

¿Me odiás?

*cara de gato de Shrek*

Perdón, sé que te recontra abandoné el mes pasado.

[Léase “Te recontra abandoné” como “abandono propio del hábito de la escritura constante, seguido por un sentimiento de culpa que impedía retomar la escritura y se convertía en un círculo vicioso que giraba en el agujero negro del demonio en el infinito y más allá por toda la eternidad”].

No tengo excusas para semejante colgadés, pero sí tengo una super razón y vos que me conocés sabés que es así. Hace meses que estoy en el mismo lugar, con la misma gente, haciendo lo mismo. Blog, vos estás al tanto de mi temita con la rutina.

Una amiga que se desganaba de todo lo llamaba el constante inconformismo. Yo no lo veo así. No sé, por lo menos en mi caso.

Amo el cambio. Amo sorprenderme, amo ver, vivir y probar cosas nuevas. La pase mal, o bien, me gusten o no, lo nuevo hace que el corazón me palpite descoordinado… (más allá de la arritmia, estaba hablando metafóricamente).

No me siento una inconformista, me siento una amadora de lo nuevo. Y con amadora me refiero a lo necesito.

Cada persona creativa (músicos, pintores, escritores,) se inspira de alguna forma u otra. En mi caso, los momentos de inspiración constante, que me hacen sacar un cuaderno/prender la compu/manotear el primer objeto que tenga a mi alcance que me permita escribir, ocurren cuando vivo algo nuevo. Incluso si camino por una calle a la vuelta de mi casa pero en la que nunca estuve.

Desde el 10 de mayo que estoy viviendo en el mismo lugar. Me fui un mes y cuando volví, los primeros meses la pasé bárbaro otra vez porque todo me volvió a resultar nuevo. Haberme alejado hizo que me desacostumbrara.

Pero ya pasaron 4 meses de eso.

Mi problema con la rutina [había escrito “turina” JAJAJAJAJA…ay, es muy bueno, “turina”, le quita lo feo a la palabra…a partir de ahora será “turina” para mí] es tal, que ya hasta tengo el comienzo del efecto calculado: a partir del tercer mes de estar viviendo lo mismo, el cerebro se me empieza a trabar. Tenerlo calculado es a la vez, algo negativo, porque me mal predispone. Lo empiezo a anticipar.

No puedo poner en palabras la cantidad de cuentas, hipótesis, análisis de posibilidades que estuve sacando desde mitad de diciembre hasta ahora para poder cambiar algo. Pero entre que igual ya me voy, que la plata, que el tiempo que perdería buscando algo nuevo, que allá que acá, al final pasó el tiempo, me quedé en la misma, y así terminé, totalmente hundidísima en la turina.

Y lo horrible de todo es que, la turina te lleva a la zona de confort y ¿cómo salís de ahí? Ay qué horror. Las odio, a las dos. Pero son como un bicho así, gigante, todo gordo y gelatinoso que te habla con voz grave y se te acerca abriendo los brazos y diciéndote: VEEEEN A MÍIIIII Y LO ÚNICO QUE TENDRÁS QUE HACER ES LO DE SIEMPRE. Y vos querés correr pero de a poco te van comiendo y una vez que estás adentro es tan cómodo que tratar de salir es…uf.

Así que me pasé todo enero tratando de “salir”. Metafóricamente hablando porque la realidad es que a esta altura no me puedo ir del hostel, no le puedo pedir a los que viven acá que se vayan que necesito gente nueva, no le puedo pedir a los guest que estuvieron viniendo si por favor no pueden ser personas abiertas al diálogo en vez de unos ortivas, no le puedo pedir al jefe si puede limitar sus pequeños hábitos molestos que sumados todos los días hacen que me den ganas de ahorcarlo, no le puedo pedir a mi manager que se deje de pelotudear, que no rompa las pelotas, no le puedo pedir a—-

Che…si todo te molesta…¿el problema no sos vos?

Sí sí, obvio, pero no. O sea, a ver. ¿Cómo me explico? Mi problema es que lo de siempre me pone mal, lo que se repite me saca la inspiración, me deprime.

Ajá, pero, teniendo en cuenta que en la situación en la que estás no podés hacer nada al respecto…en vez de estar quejándote y estar pendiente de cada detalle que te saca de quicio ¿por qué no cambiás la perspectiva?

Sí, es que trato, de otra forma ya estaría convulsionando en el piso rodando por Seúl. Te juro que lo predecible me deprime.

Bueno, pero culpa tuya, todas las Angies entramos en crisis y nos deprimimos y se nos fue la inspiración

Sí, y encima estamos gordas, viejas, arrugadas.

BUENO BUENO, PAREN…si encima me van a tirar todos los problemas juntos no vamos a llegar a ningún lado.

Perdón.

Dios.

Ya sé, tengo un re plan. El próximo día off nos vamos a otra ciudad. Nos vamos el lunes apenas terminamos de trabajar y volvemos el miércoles a la mañana y chau ambiente de siempre por dos días ¿eh? ¿EH? ¿EEEEEHHHH?

*todas analizan un rato la situación*

Pero tendríamos que calcu—

*le pegan una piña a Angie94903, quien administra las finanzas*

Decidido, nos vamos de Seúl unos días.

SEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE.

*todas las Angies se suben a una mesa, revolean los ponchos, toman Soju y cantan felices*

Perdón, blog, desvirtué. Estaba pidiéndote perdón. No sabés lo duro que es luchar contra la turina. Pero por suerte la turina de luchar contra la turina también me cansó así que se acabó, si tengo que quedarme en lo siempre porque no hay otra alternativa, cambiaremos pequeñas cosas. Nos sumaremos a desafíos creativos, haremos viajes dentro del mismo lugar, jugaremos con la imaginación, lo que sea, pero estar sumida en la turina estando en un lugar tan genial es una pelotudés.

¡Hola febrero!

¡Hola viaje a ciudad en la que nunca estuve antes!

¡Hola renovación!

Titín!