Hacer voluntariado en Guatemala - Titin Round the World

Hacer voluntariado en Guatemala fue de lo mejor que me pasó en los dos meses que estuve en el país. Sí sí, eso que leíste. ¿Por qué? Se preguntarán ustedes. No, Titín, no nos pregunt— SE CALLAN QUE LES QUIERO CONTAR *los cachetea como el meme de Batman*. Porque, primero, me llevó hasta Livingston, la costa caribeña guatemalteca que de otra forma dudo que hubiese conocido. No por falta de interés, sino porque si miran en el mapa, Livingston está prácticamente alejado de todo el país y solo se puede llegar por agua.

Se imaginarán mi exitación cuando vi que el voluntariado era ahí, en un hotel que daba al río. Casi me vuelvo laaaakaaaaaa.

Esta fotito es de los lugares a los que llegué haciendo paddle boarding desde el hotel.

El voluntariado en Livingston, Guatemala lo conseguí a través de Worldpackers que es una plataforma para encontrar voluntariados en todo el mundo y que vengo usando hace unos cinco años. Por mi tipo de viaje, intercambio voluntariados con simplemente viajar, hacer housesitting o trabajar en los lugares que visito. Vivo viajando sola hace 12 años aprox. así que viajar es un estilo de vida. Por lo cual, cómo me manejo va variando.

Hay momentos que necesito soledad o ponerme al día con mis trabajos creativos (en esos momentos hago housesitting o me alquilo algo barato para mí sola). En otros momentos, quiero socializar y conocer otras viajeras y viajeros, en esos casos me quedo en hostels). Y por último, momentos en los que hago lo que más me gusta que es conocer la cultura que estoy visitando. En esta última etapa viajera, hago Couchsurfing o voluntariados porque me parecen la forma ideal de meterte en la cultura que estás visitando y aprender junto a las personas locales.

Hacer voluntariado en Guatemala ¿de qué me sirvió?

Gracias a este último voluntariado pude conocer la cultura garífuna del caribe guatemalteco, ya que varios compañeros del trabajo eran garífunas, y también compartí trabajo y espacio con gente kekchí, nombre con el que se conoce a uno de los pueblos mayas que habitan en Guatemala y Belice.

En esta ocasión me tocó intercambiar cinco horas de trabajo diarias, seis días a la semana por una habitación privada, tres comidas, café, té y frutas gratis y también la posibilidad de hacer standing paddle todos los días.

Pero lo que más valoro fue el estar conviviendo y trabajando a la par de culturas tan distintas. No es lo mismo conocer un día un par de horas, que diariamente compartir el espacio laboral, las tareas e intentar entenderte según la cultura de cada persona. Obviamente que es desafiante, que a veces frustra no poder comunicarte como corresponder pero para mí son los mejores momentos de mis andanzas. En la incomodidad se crece y es impresionante lo que se aprende saliendo de esa zona de comfort que es que todo funcione como lo esperás.

Recomiendo hacer voluntariados para que puedan realmente adentrarse a la cultura que visitan y sobre todo, si están viajando solas, es una gran manera de estar con gente y aprender dentro de un espacio seguro.

Les dejo un link con un post que escribí sobre cómo elegir los voluntariados porque como saben, la vida no es todo color de rosas: Consejos para elegir un voluntariado