S de Sueño
El día era gris, los pájaros cantaban porque era lo que hacían todos los días. No porque tuvieran ganas, sino más bien, porque no les quedaba otra. Las flores se quejaban de todo, y lo hacían todo el tiempo. Las frutas estaban podridas, los colores eran opacos, el día no valía la pena.
Hacía años que la vida era siempre igual. Los días pasaban con una lentitud asquerosa. Pensar en el tiempo era imaginarse un chicle recién escupido y luego pisado por un zapato de goma.
La comida era prácticamente un chiste. Una desgracia. Si fuera por la gente, preferían morir de hambre a tener que masticar esas inmundicias. Asquerosas por fuera, totalmente podridas por dentro.
Las personas eran nocivas. Tóxicas. No se querían entre ellas, no se querían a sí mismas. Pero tampoco odiaban, lo cual era peor, porque quería decir que no tenían sentimientos; que no eran capaces de sentir. Todos los pueblos eran iguales. Se hablaba un mismo idioma, aunque la verdad es que se hablaba muy poco ¿total, para qué? Si no había nunca nada nuevo que aprender.
Todo funcionaba bien, es decir, funcionaba como tenía que funcionar. Quién estableció ese tener que, tampoco lo sabían pero ¿qué importaba? Si alguien lo dijo, por algo será.
—–
Caminó las cuadras hasta su trabajo con la cabeza prácticamente pegada al piso. Los pasos eran lentos, daba asco mirarlo andar. Todas las mañanas lo mismo. Llegaba a la oficina, a horario. Se sentaba en su escritorio gris y trabajaba. Cumplía con sus obligaciones, que nunca entendió ni le importó saber para qué ni por qué lo hacía, pero no importaba, porque se suponía que era lo que tenía que hacer y con eso bastaba. Absurdo. Pero claro, así era la vida en ese lugar.
Volvió a su casa, gris. Miró la comida en la heladera pero prefirió el hambre, el ruido de las tripas era la melodía que lo ayudaba a cociliar el sueño.
—
Juan Bautista se despertó sobresaltado. El corazón le latía a mil por hora y tenía la respiración entrecortada, prácticamente al borde de las lágrimas.
Con un salto salió de la cama, miró por la ventana y los árboles eran verdes. Juan podía sentir. El mundo era de colores y las personas eran todas distintas. Con un hambre que le deboraba las tripas, llamó a sus amigos y en 15 minutos estaban todos en el bar cagándose de risa meta birras y pizzas.
Qué sueño más horrible, pensó Juan. Qué suerte que me desperté y el mundo no es gris, se alivió, hasta que por la ventana del bar lo vio pasar: de traje, caminando apurado como si tuviera algún lugar al qué llegar, con la cabeza casi en el piso, con la cara gris.
La vida y nuestro mundo es una perspectiva, yo elijo vivirlo en colores,
Angie!
—–
ACLARACIÓN: Tenía planeado un post para la letra “S” que nada que ver con ésto, pero leí la frase “normality is a paved road: it’s confortable to walk, but no flowers grow on it” y me salió toda esta perorata redactada para el culo pero aprendí en un taller literario que algunas cosas son mejor dejarlas como salieron, porque son más espontáneas, incluso si tienen desprolijidades gramaticales o redundancias. Como salió, lo dejé, lo voy a voler a leer cuando lo postee porque si no, no lo voy a postear nada. Sé que debería ser un toque más profesional pero nada, todavía puedo dejarme ser como soy (?).
ACLARACIÓN II: Sí, Juan Bautista, es por Juan Bautista Sabadú de Los Simpsons… es más fuerte que yo jajaja
5 Comentarios
Giuliana Snt
A mí me encantó así como salió 🙂
Titinroundtheworld
¡Hola Giu! Ay gracias 🙂 A veces hay que dejar que las cosas simplemente fluyan. Besote enorme y gracias por leerme 😀
Anibal
A ver si ahora me deja postear esto.
Había dicho algo como que estuvo muy bueno el cuento y que sí así te salen espontáneos seguí así porque estan geniales. Y la imágen era tal cuál me venía imaginando el relato jaja.
Jajaja pobre Juan Bautista.
Titinroundtheworld
Jajajaja los dibujos son de Guada!! Están excelenteeeees.
Kozel
Me encantó, los mejores relatos son los que salen espontáneos como tú dices, dejando las cosas volar 🙂