Taejongdae, Busan – O “todo pasa por algo”
–la información útil (números, direcciones, etc.) podrán encontrarlo al final del posteo-
Martes 16 de diciembre.-
Antes que nada: Me encanta mi vida de mochilera, pero no voy a negar que estoy hinchada las pelotas de tener que estar tan consciente de cada centavo. Ay, que estrés. Pero bueno, si te gusta el durazno…aguántate la pelusa. Esta descarga viene a que cada movimiento lo tengo fríamente calculado e incluso ahorrar de a un dólar es todo un logro.
Empecé la jornada laboral lo más temprano posible para poder rajar a Busan tempranito y no tener que sufrir una cerrada de subte y terminar durmiendo en la estación otra vez. Así que a las 13 horas partí para la Express Bus Terminal de Seúl y logré llegar para el cole barato de las 14:40.
Bueno, como es costumbre acá, a mitad de camino frenamos 15 minutos para ir al baño y engordar (?) y cuando prendo el wifi del ipod para ver si había alguna novedad, me llega un mensaje de la manager que decía ANGIE, ANGIEEE, YOUR FERRY WAS CANCELLED. El mensaje había sido enviado a las 14:30…o sea, podría ni siquiera haberme tomado el bondi y me evitaba el gasto de pasaje al pedo. Pero el ipod nunca me conectó en la estación de Seúl. No, tenía que verlo a mitad de camino, obvio. Muy genial y conveniente.
Pasaron los 15 minutos, me subí al bondi y las dos horas siguiente de viaje me la pasé sacando cuentas a ver qué carajo hacía. Ya había reservado el hostel. No podía llegar y volverme a Seúl porque de todas formas iba a terminar gastando plata al pedo. Ya fue, me tenía que quedar en Busan. No es que me molestara eh, pero de todas formas tenía que volver a Seúl el día siguiente, es como…mucha vuelta al pedo. A la vez, alejarme finalmente de Seúl por un día tampoco era tan mala idea.
Uf.
Es que, tener la cabeza a mil todo el tiempo termina agotando. Yo sé que a todos les encantaría leer que los viajeros nómadas nos la pasamos de joda, tirados en la playa gastando millones, así nos pueden envidiar sin culpa, pero la verdad es que la mayoría de nosotros la peleamos a 20 mil manos. Y cuando los dólares escasean por falta de laburo momentáneo, la cabeza está siempre a mil y cualquier pérdida de plata no planeada es como una patada en los ovarios en el primer día de menstruación en un mes muy jodido y nervioso.
Pero así como todo me cuesta un huevo, también soy feliz con poco y me manejo mucho con frases a lo “todo pasa por algo”, “la felicidad está en lo simple”, “la energía positiva atrae cosas positivas”, “todo lo malo siempre tiene algo positivo”, “Pablito clavó un clavito, qué clavito clavó Pablito” (?). Y si bien desde que dormí en el goshi pude alejarme de la guesthouse un mes y eso me permitió volver con energías renovadas (como si no hubiera laburado ahí 5 meses) ya pasó un mes y medio desde que volví, así que alejarme sin tener nada que hacer (no alejarme para poder tomar un ferry), también me vino bárbaro.
Así que, resumiendo:
ferry cancelado = Titín preocupado unas dos horas pero después, Titín feliz de mini vacaciones en Corea.
Llegué a Busan a las 19 y a las 20 ya estaba instalada en el hostel. Dejé las cosas, me fui a la convinience a comprarme el ramen de todos los días más una birrita porque…placer (“hice un mango el otro día y me lo gasté en bebidaaa” dirían los Auténticos Decandentes), y volví a mi hogar de turno a planear qué haría en mis horas libres al día siguiente antes de tener que volver a Seúl.
Mientras degustaba mi Jin Lamyeon (¡cómo lo amo por dio’!), una de las chicas que laburaba por la acomodación en ese hostel (como hago yo en Seúl), se me puso a charlar. Por el contrario a cualquier charla viajera que siempre arranca con un “¿de dónde sos?” empezamos a hablar sobre el programa que estaban pasando en la tele. Y después de media hora de hablar en inglés, la chica me pregunta de dónde soy, y cuando le digo que argentina me dice “¿Pero oye y qué hacemos hablando en inglés?”. Resulta que la piba era de Venezuela JAJA. A mí su acento me daba francés (después me explicó que vive en Portugal desde muy chica) y yo a ella le sonaba sudafricana o canadiense.
Pero en fin, ya hace dos semanas que Eli volvió a Argentina y si bien de vez en cuando me veo con los chicos de Marcando el Polo (que se van hoy de Corea también) y algún que otro finde me junto con Diana de Doble Trouble, mis horas de hablar en español se acortaron bastante así que, siempre es bienvenida la hermandad latina. Resulta que la piba está de novia con un coreano (SÍ SE PUEDE, SÍ SE PUEDE) y ahora el pibe está por entrar al servicio militar, así que vino para pasar los últimos meses juntillos.
Desvirtué. Es que Corea y el amor me pueden.
En fin. A la charla se unió el manager del hostel, (coreano gorrrdooo, charleta y muy gracioso) y para mi aventura (?) del día siguiente me recomendó ir a el parque nacional Taejongdae “Angie, you should go there. It’s only one hour by bus and is a really beautiful place. You can even see Tsushima island, the Japanese island, from the top of the mountain!!”
*Angie recuerda todo el incidente con el ferry porque es JUSTAMENTE a esa isla a la que iba a ir, pero no dice nada porque el pobre coreano qué iba a saber*.
Así que, destino decidido, me fui a dormir.
A la mañana siguiente me desperté tempranito y partí para Taejongdae.
Tal y como perfectamente me explicó el coreano, llegar al parque fue una papa al horno con orégano (AY PAPA AL HORNO CON ORÉGANOOOO). Y lo mejor de todo, tuve que ir en cole. Amo tomar colectivos de línea. Cuando estoy de viaje y no conozco el país, suelo empezar por el subte porque las paradas están bien indicadas, pero si tengo que elegir por gusto personal, me quedo con los bondis. Además de que amo andar en colectivo, ir mirando por la ventana es como ser un espectador con asiento privilegiado del ritmo de la ciudad.
Después de unos 40 minutos en el 101 de Busan recorriendo casi toda la ciudad finalmente llegamos. El ajusshi que manejaba dejó pagando a varios pasajeros en algunas paradas. Tipo, la gente venía corriendo, y el señor la la la *sigue manejando y no frena*. Lo que más me gustó era la cara de la gente, cara de no entiendo que está pasando, sonrisa medio incómoda. ¿Se imaginan en Argentina no?…PERO VIEJO DE MIERDA LA CONCHA DE TU HERMANA, ME VISTE QUE VENÍA CORRIENDO, QUÉ TE COSTABA FRENAR, FORRO.
En fin.
El día estaba soleado, pero super frío y ventoso. La verdad que no era el día ideal para hacer caminatas de montaña al lado del mar, de hecho, creo que todo lo contrario, pero bueno, no iba a desperdiciar mi día en Busan.
Y menos mal que fui.
Crucé la entrada del parque.
Caminé unos 15 minutos y *muere lentamente*. Terminé parada en un mirador con vista a la playa, los acantilados y el mar extendido hasta el fin del horizonte.
Obviamente que cuando di vuelta a la esquina y quedé de frente con eso. Primero me frené, contemplé la situación, y mientras se me iba esbozando la sonrisa de felicidad pura caminé lentamente hasta pararme en el mirador y empecé a llorar. Qué maricona que soy para estas huevadas de la felicidad del instante y etc. GRACIAS FERRY POR CANCELARTE.
Hacía muchísimo…MUCHÍSIMO que no estaba en una reserva natural de este estilo y LAS AMO. Amo la naturaleza y las caminatas por montañas y si bien me estaba mega congelando, fue increíble y agradezco al coreano que me mandó para ahí. Ah, no no. Pegué un grito a lo WOOOOOOOOOO (estaba sola en ese momento) y me dirigí a la escalera para poder bajar hasta la playa
Todo se ponía cada vez mejor.
Encima, cuando bajé hasta la playa, me encontré con una especie de restaurant super descolocado y freeky, que me hizo acordar a Secret Garden. Si hubiera estado acompañada de un coreano sexy a lo Hyun Bin le hubiera dicho de ir a tomar unos vinos, pero como estaba más sola que un perro no me animé. A ver si terminaba toda engualichada.
Caminé un rato por la playa (mientras seguía llorando y riéndome sola por lo linda que es la vida y el mundo y la naturaleza) y después volví a subir hasta el mirador, porque el parque es bastante grande y no tenía muchas horas para recorrerlo.
Retomé la dirección que estaba siguiendo antes de desviarme al mirador y en el medio del recorrido me crucé con un grupo de estudiantes del secundario que seguro venían de excursión y para qué, me dijeron de todo JAJA borregos desubicados. Bah, o sea, no de todo, me siguieron un rato y me gritaban pavadas en inglés y se reían como si fueran re pillos. Mirá borrego, no me provoqués que vas a hacer que me deporten.
En fin.
Después de unos 15 minutos en subida, terminé en el templo Gumyeongsa. Estaba como arriba de una colina. Mientras me acercaba, empecé a escuchar el canto de un monje que provenía desde adentro del templo. Entre el frío congelador, el silencio de la montaña y las sensaciones alteradas por estar visitando un lugar nuevo, el canto del monje fue hipnotizante. Empecé a caminar hacia el templo, como sumergida en un sueño, y me quedé sentada en las escaleritas, con el monje de fondo, los budhas de frente y el frío calándome los cachetes.
Creo que me debo haber quedado media hora sentada con los ojos cerrados. Hacía mucho –también– que no tenía un momento puramente de paz. Paz interior, aire fresco, silencio sepulcral excepto por el canto místico de un monje.
Faaaaaaaaaa.
Recordando el temita que no tenía mucho tiempo…BUUU APESTAS TIEMPO ACORTADO…me salí del trance y seguí caminando.
Después de otros 20 minutitos más o menos, terminé en la famosa Lighthouse.
Ahí me crucé con un grupo de 9230 ajummas con sus ropas fluorescentes que se sacaban selfies y se reían todo.
Seguí caminando y volví al punto de partida. Me di cuenta que había un pequeño caminito que llevaba a los acantilados que había visto desde la playa.
Caminé entre los árboles y terminé en un mirador, justito al lado de los tentadores acantilados que se elevaban varios metros sobre mí.
Tal y como me acostumbró mi viejo cada vez que vacacionábamos en algún lugar con montaña y “mirá, parece que se puede subir, subamos” “pero no hay un camino marcado como para que la g—“. *el padre ya va escalando por la mitad de la montaña*, empecé a trepar los acantilados.
O sea, primero analicé la situación y si bien había un vientito bastante fuerte, las piedras parecían fáciles de subir. Así que emprendí mi travesía, más sola que un perro y bastante inconsciente, lo sé, porque si me pasaba algo, me iban a encontrar muerta diez días después porque nadie iba a escuchar mis pedidos de auxilio. Pero en fin, diez minutos después de hacerme la Indiana Jones, finalmente llegué a la cima, y como podrán anticipar (?), lloré como marrana. ESTÚPIDO ACANTILADO Y ESTÚPIDO PAISAJE Y ESTÚPIDO SILENCIO DE INMENSIDAD. AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH.
Bueno, había filmado un video en la cima del acantilado, mostrando todo, y de hecho, quedó muy bueno, porque estaba parada y de repente sopló un viento muy muy fuerte y casi me tira a la mierda y muero en vivo y en directo (todo filmado), pero el I-pod del demonio optó por borrarlo. Era muy bueno porque justo estaba diciendo “así que espero no morir acá” *empieza a soplar un viento que casi la tira a la mierda*.
Filmé porque el I-pod tiene mejor calidad para los videos que las fotos y quería que vieran los acantilados increíbles pero bueno, se van a tener que conformar con las fotos 🙁 PERDÓN.
En fin, viendo que solo me quedaban dos horas antes de tomar el cole de vuelta a Seúl, volví para el hostel a buscar mi mochila y partí para la estación (llegué de pedo).
Sí, se me fueron 70 dólares de más, pero re contra mega mil valió la pena. Viva el ferry cancelado.
DATOS ÚTILES.
El hostel donde me quedé fue: Popcorn Guesthouse – Busan Station. Tienen varias sucursales en todo Busan, pero yo me quedé en esa porque me quedaba solo a dos estaciones del ferry y además justo tenían una oferta de 11,200KRW la noche.
Para ir a Taejongdae, lo mejor que pueden hacer es ir hasta Busan Station y tomarse el 101 o el 88, que los dejan exactamente en la puerta del parque.
Otros bondis que van para Taejongdae son el 8, 13 y 30.
3 Comentarios
Rocio
mi primer comentario en tu blog TuT Gracias Titin!!! gracias por inspirarme como lo haces :’) hace mucho tiempo vi tu blog y fue amor a primer leida (? asi que decidí leer desde tu primer post y desde hace tiempo, por terminar de leer todos, solo me queda esperar tus actualizaciones que hacen emocionarme y decirme a mi misma “vas a viajar, conocer el mundo y tener miles de momentos de felicidad pura” y cuando eso suceda prometo que mientras tenga una sonrisa de oreja a oreja (como me imagino debes tener cuando tenes este tipo de momentos) te tendre presente en mi mente y dire GRACIAS TITIN!! aun me falta mucho para llegar al inicio de todos los viajes que me esperan, pero se que lo voy a hacer.. y toda esta fuerza interna fue gracias a vos, te mando muchos besos y abrazos desde Argentina y te deseo lo mejor para todos los viajes que inicies!!
andrea
Que hermoosoo!! Busan es de lo mas maravilloso en paisajes y que alegría que hayas podido disfrutar de todo eso aunque se haya cancelado el ferry y hayas gastado de mas, creo que como decis vos “todo pasa por algo” y valió la pena sin duda! Gracias Angie por compartir toda esa belleza con nosotros aca al otro lado del mundo!
Tati
Amo tus historiaasssss Titinnn <3