Anécdotas Bizarras,  Corea del Sur

El claro de Sokcho

En el día que estuve caminando en Sokcho (un total de 6 horitas), di vueltas por toda la ciudad (por problemas técnicos en mis pies no quise ir al Parque Nacional Seoraksan para no arruinarme las patas –sí, después caminé seis horas…me pagan por boluda…pero en fin– ya volveré).

EL PUNTO ANGIE EL PUNTO.

Mientras daba vueltas por el lago Yeongnangho terminé enfrente de un gran cerro. La gente caminaba por los costados, bordeándolo (siguiendo la dirección del lago).

Sokcho

Obviamente, como buena Indiana Jones, al ver que por el medio se abría un pequeño caminito de tierra, no dudé ni dos segundos y me metí. Empecé a caminar también bordeando el cerro pero para el otro lado, adentrándome en el “bosque” y en un momento, como a unos 50 metros, ví que se abría un pequeño caminito que empezaba a subir; los “escalones” marcados por las raíces de los árboles.

Miré para todos lados, no había nadie, no se escuchaba nada salvo el viento y algún que otro pajarito. Me quedé un rato parada pensando en qué hacer “Mmm ¿y si termino en cualquier lado? ¿y si me caigo colina abajo y me quiebro, justo ahora que voy a empezar a viajar? ¿Y si me pierdo y muero deshidratada porque no me traje la botellita de agua? (esto último imposible porque el cerro estaba en el medio de la ciudad así que si me perdía, de todas formas en algún momento iba a salir, pero bueno…la imaginación…ya saben cómo funciona). Después de varios pensamientos miedosos más, decidí subir. Porque así soy yo (?).

Cuestión, empecé a subir y ahí me di cuenta lo empinado, patinoso y difícil que estaba el caminito. Me di vuelta y pensé que no iba a poder bajar ni en pedo por donde estaba subiendo, a menos que rodase, por lo que no me quedó otra que darle para adelante.

Seguí trepando y cuando finalmente llegué a la punta y miré para atrás, ya no veía nada salvo árboles.

De repente el aire se me hizo pesado, el silencio me aplastó y otros miedos al estilo “termino como en el proyecto Blair Witch” se hicieron presentes. Onda, no veía nada para ningún lado salvo árboles y pequeños caminitos marcados a duras penas. Repito, no podía bajar por donde había venido. Tenía que seguir.

Todo se hacía cada vez más cerrado, y los caminitos daban vueltas en zig-zag. Caminé un poco y otra vez el camino empezó a subir. Ok, subí.

Mientras caminaba y cada vez estaba más perseguida con fantasmas, seres paranormales y demás, empecé a pensar que tal vez tendría que volver por donde había venido. Porque, mirá si me estaba metiendo en tipo una tribu o algo así interrumpiéndoles la tranquilidad. Mirá si había una aldea embrujada de la que todos los habitantes de Sokcho (los Sokchenses (?) o Sokchosos) estaban al tanto y nadie molestaba, y la pelotuda ignorante (o sea yo) se metía en el medio y les cagaba la paz. Seguro me echaban un maleficio o me sacrificaban en algún ritual. Obvio que me imaginé como en Secret Gardenpero estaba sola…si venía Hyun Bin no me quejaba. Pero no, al estar sola como perro la idea de un maleficio en el medio de un bosque no era muy atractiva. Qué hacer.

Seguí caminando, cada vez más rápido (tanto como mis pequeñas patitas de pollo rechoncho me lo permiten) y sin mirar atrás. ¿Por qué? Porque si bien, obviamente, escuchaba tres millones de ruidos y pasos y cosas siguiéndome, es fija…FIJA que si me frenaba y miraba para atrás, no iba a haber nada, pero cuando me volviese a dar vuelta para seguir…AHÍ IBA A ESTAR EL FANTASMA PARADO ENFRENTE. Fija, fija que si freno y me doy vuelta, enfrente se me para Samara o cualquier asiática con vestido blanco y pelo largo negro que le tape la cara.

¡Por qué! ¿Por qué siempre me mando a hacer estas cosas sabiendo que tengo el cerebro más troll de la faz de la tierra? Que tiene la imaginación más inhumana de la vida, que se crea un mundo simplemente por mirar una hoja en el piso. Es genial en momentos de creatividad…pero no cuando tenés que dormir sola en algún lugar, o en la casa de un extraño…O TE PERDÉS EN UN FUCKING MINI BOSQUE EN ASIA. AHHH cerebro, por qué, por qué me hacés esto. Sé racional. Sé racional.

*recobra la compostura*

Después de unos dos minutos (que parecieron 15) siguiendo los senderitos camino arriba, que obviamente en un momento desaparecieron así que tuve que hacerme camino entre los árboles, teniendo que agarrarme de las ramas con las manos porque sino rodaba colina abajo, di una pequeña vuelta y…terminé acá:

Sí…en eso…en un claro…CON UNA FUCKING SILLA…nada alrededor…salvo eso…salvo un claro…con una silla de madera…dada vuelta…EN EL MEDIO. Y SILENCIO. Y AIRE PESADO. Y UN CEREBRO MALA ONDA que me decía “VES…AHÍ ESTÁ LA SILLA DONDE TE VAN A ATAR PARA ECHARTE EL MALEFICIO MIENTRAS COREANOS EMBRUJADOS GIRAN ALREDEDOR CANTANDO COSAS QUE NO VAS A ENTENDER”.

AHHHHHHHHHHHHH ¿por qué por quéeee? OH DIOS OH DIOS, AUXILIO.

Me hice la que no pasaba nada. Seguí caminando, cada vez más rápido, con cada vez más ruidos de fondo, enredándome con todas las ramas y raíces y tropezando con cuanta piedra y cosa salía del piso, con una horda de Samaras persiguiéndome…, y obvio…pasé corriendo por acá

Para dar la vuelta y terminar en un cementerio. Y obvio, al costado…una especie de aldea abandonada.

Volví a hacerme la pufff, o sea, los edificios estaban a la vuelta de este bosque, yo los vi antes de entrar…o sea, en algún momento los tengo que volver a ver y salir de este encierro… y terminé acá, en otra aldea abandonada (salvo por tres gallinas comiendo gusanos) y la reja que la cercaba, estaba así:

Ajá…APOCALIPSIS ZOMBIE…EN LA PELÍCULA DE BRAD PITT (WORLD WAR Z) DECÍA QUE EL PRIMER CASO EMPEZÓ EN COREA…FUE ACÁ, TODOS VAMOS A MORIR.

*corre colina abajo*

Bueno, no corrí, pero caminé a full hasta que escuché ruidos muy fuertes atrás mío y el instinto me hizo frenar y darme vuelta (olvidándome de todo el “no te des vuelta porque Samara”) para encontrarme con una halmoni (abuela coreana) que apareció de la nada por entre los árboles.

Primero casi infarto, pero después de analizar que tenía ropas “modernas” y no tenía cara de señora perteneciente a una aldea embrujada, recobré la tranquilidad. Me miró con cara de culo, me pasó por al lado y la empecé a seguir, porque seguro me llevaba a la salida.

Después de caminar 20 minutos atrás de la abuela, que de vez en cuando se daba vuelta a mirarme con odio (pobre, seguro yo la terminé asustando a ella por extranjera psicópata), terminamos acá:

A la típica Corea, que te avisa de posibles incendios forestales con un dibujito como ese.

Sokcho

Me senté un rato en el piso, mientras la abuela se alejaba cada vez más asustada, y me reí un rato largo, por idiota. ¿Qué me garantizaba que la abuela no iba a la aldea embrujada? ¿Por qué confié en esa abuela mala onda en un primer lugar? Pero por suerte todo salió bien. Después de cinco minutos por otro camino de tierra que subía, a lo lejos vi el lago. Empecé a bajar (sin rodar) y finalmente terminé en la ciudad. En cualquier lado, habiéndome alejado de mi camino intencional unos 4 kilómetros, y teniendo que caminar dos horas más.

Ah, imaginación mía, qué serían mis viajes sin vos.

Titín.

¿Te re encantó esta historia y querés leer más experiencias paranormales (?) que he vivido en mis viajes? Acá te dejo otros dos posteos 🙂

.- Una experiencia Couchsurfing para el recuerdo

.- Mi primer woofing en un hotel embrujado (de verdad)

5 Comentarios

  • Shirley

    Jajajajajajajaja lpm cuanto suspenso. Paseos creepies que cuando los ves en películas es fija que le gritás a la protagonista que es una boluda por meterse sola en un bosque. Pero bueno, vos sos la Angie de Junín y es impossibruuu que no te aventures así.
    Dame más!(?)

  • danielmh1

    Que buen historia. Prácticamente ya esta el libreto completo para una Peli de suspenso, en la que todo el tiempo es algo muy tenebroso, peo que nunca pasa nada. jaja Pero buena tu experiencia. Algo así parecido viví el año pasado, pero no fue tan taaan como la tuya, en mi experiencia no hubieron sillas, ni cementerios, ni mucho menos una anciana. jeje
    Excelente!
    Saludos y abrazo viajero.
    Dios te bendiga!