Inglaterra,  Liverpool

Liverpool Día 1 – Sentimientos de una quinceañera que en realidad tiene 25 años

(Aviso: este post no va a ser muy informativo porque mi primer día fue cortito y quiero remarcar más en mis sentimientos que en la información en sí).

 Sí sí, lo acepto, tardé más de lo debido en actualizar, pero les pido que me comprendan. Que comprendan a este humilde ser humano que anda cumpliendo su sueño de hace diez años y que cada lugar que visita la deja babeando y totalmente estupefacta.

 Los ingleses me deben odiar, ando todo el día con cara de feliz cumpleaños, mirando para todos lados cual borrego en fábrica de chocolate, cual Homero corriendo atrás del perro con la cola peluda.

 Estoy viviendo en un estado de éxtasis constante. Estoy tan feliz, que estoy re calmada. Paseo re tranquila, me tomo mi tiempo. Aunque me está jugando un poco en contra porque ahora ya solo me quedan 11 días en el UK y se me está pasando volando y no hice ni la mitad de lo que quería. Pero en fin, después recuerdo que el año que viene vuelvo y ahí me tranquilizo otra vez y soy angiegandhizen de nuevo.

 LIVERPOOL DAY 1

Llegué a la Lime Station a las 3 de la tarde. No hice ni dos cuadras por el centro (tenía que ir hasta la Estación Central a encontrarme con el Couchsurfer que iba a hospedarme durante mi escasa y totalmente insuficiente estadía de 3 días) que ya me enamoré del lugar.

 Cuando pensaba en Inglaterra allá en mi casa de Junín, en los primeros años del 2000, me imaginaba el paraíso. Realmente sé que lo había super idealizado y que no iba a dejar de ser más que un país. Como cualquier otro. Pero no. Oh no señor, no. No no no *aviso importante: la angie mad fer it grouppie total está tomando posesión de la Angie civilizada que venía siendo hasta ahora* NO NO. NONONO. NO. AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH. *muere*

 Analizando mi “idealización”, que era básicamente: quiero ir a un país donde haya la música que me gusta en todos lados. Que tenga edificios antiguos, que la gente hable con inglés británico y acentos mega trabados, que haya bares con música en vivo toda la semana, que haya mucha movida cultural independiente. Bueno…a todos esos “ay, dejá de idealizar Inglaterra”… ¡LAS PELOTAS! Inglaterra es ASÍ. Por ahora lo único muy poco Inglés que me pasó fue Londres. La pasé bárbaro y es muy lindo pero no es para nada lo que yo me imaginaba de Inglaterra…que por suerte SÍ estoy viendo dando vueltas por el interior.

 No digo que sea perfecto eh, obviamente tiene muchos defectos, como cualquier país. Pero puedo tolerar defectos si todos mis días pueden terminar en el bar de la esquina con una birra en la mano y música en vivo de fondo.

 Retomo mi día uno en Liverpool (perdón que vaya y vuelva pero sepan entender mi exitasión).

 Una de las cosas geniales de Couchsurfing, además de todo lo que implica, es que por lo general las casas de las personas que hospedan no suelen quedar en el centro, por lo que tenés que tomar algún transporte público para ir y volver y ME ENCANTA. Todos mis días en Liverpool me la pasé cual local yendo y viniendo en el tren. Eran dos estaciones nomás, pero no importa. Me tenía que tomar el tren, fin de la historia. (Sí sí, ya sé, “las pavadas que me hacen feliz”).

Entre que fuimos a la casa, me acomodé y volví a tomarme el tren, llegué al centro tipo cinco de la tarde. Me quedé como idiota parada un rato ahí tratando de evitar poner cara de turista embobada pero que siempre terminaba siendo algo así:

Cuando pude salir del trance, di unas vueltitas por las peatonales, llenas de gente, llenas de música, llenas de colores, llenas de ingleses (y sí), llenas de demasiado ¡arrañdgkasñdfjkñ!

 Para todo esto ya eran como las seis y por ser el primer día y no tener mucha idea de la onda de la ciudad (aunque no me iba a perder, porque mi host me había dado un mapita de cómo ir y volver a su casa) no quería volver de noche en tren. Así que barajando mis posibilidades, que no eran muchas, dije yaaa fueeeee, me voy a tomar una birra a la Caverna. Quería dejar la Caverna para el día siguiente, onda, hacer una especie de tour Beatle y terminar ahí, pero no me aguanté. Además necesitaba una birra y necesitaba música.

 Algo bueno de Liverpool (que en realidad es en todas las ciudades por lo que voy viendo) es que está todo super señalizado. NO siempre las calles tienen los nombres pero esquina de por medio siempre tenés carteles que te indican las direcciones de las atracciones turísticas, centros de información, estaciones de colectivos/trenes, etc., junto con los minutos que te toma llegar caminando hasta el lugar. Así que siguiendo las directivas, terminé en The Caver Club.

¿Qué se me pasó por la cabeza? NADA. “Ah, ahí está The Cavern...Oh, y ahí está el Beatle…y la wall of fame…en fin, denme esa cerveza”. Como pancha por mi casa, entré, me pedí una Pint of John Smith please y me senté. Y ahí lloré. Pero con el típico llanto que estoy teniendo acá, que es una cara de risa piscópata y lágrimas que caen. Pero repito, estoy tan feliz y tan satisfecha que estoy en una nube de pedos constante. Es como que voy viviendo y caminando y todas mis sospechas y pensamientos sobre Inglaterra se van confirmando. Por suerte está siendo todo lo que pensaba. Por suerte no me está desilusionando. Y no creo que lo haga porque ahora que estoy en Manchester, que era EL lugar al que quería venir…bueno…mejor ni digo ahora lo que pienso porque me atraganto en mi propia baba de felicidad y muero acá.

 LIVERPOOL LIVERPOOL angie focus FOCUS

Me quedé en la Caverna una hora y media más o menos, con contínuas pintas de John Smith y bolsitas de maní, beatleando de lo lindo y tipo siete y media me fui.

No sé cómo hice para obligarme a salir, la estaba pasando bárbaro. Pero bueno, la Angie responsable me recordó que tipo ocho y pico ya anochece y que me tenía que volver en tren sola y bueno, salí. Encima, claro, me paré y me di cuenta que estaba UUUHHHHH ESAAAA. Así que con mi alegría salí y obviamente me perdí, pero me duró dos segundos porque al toque encontré las señales que me indicaban que estaba solo a dos minutos de la estación de trenes.

 Lo otro genial era que de la estación hasta la casa tenía que pasar por un parquesito y era todo tan británico, con las casas iguales, de ladrillos que ahhhhhhhhhhhhhhhhh. Creo que una de las mejores partes de mi estadía en Liverpool era el camino de la estación hasta la casa y viceversa.

Llegué a la casa totalmente agotada porque vengo con un ritmo que no paro y que traigo desde NZ. Mis únicas intenciones eran llegar y dormir, pero mi host me dijo que él iba a salir a tomar algo con sus amigas en el centro y bueno, cómo me voy a negar a unas birras en el centro de Liverpool…o sea. Me bañé, me cambié y fuimos a un bar que estaba excelente. Fue re tranqui porque era un lunes pero igual. La calle estaba bastante llena de gente, hacía calor, y además el bar, que se llama Kasimier Gardens (http://www.thekazimier.co.uk/garden/) tiene techo abierto así que se veía todo el cielo estrellado. Estaba que me dormía sentada pero realmente fue una excelente forma de terminar mi primer día en Liverpool.

 Bueno, ésto fue más o menos un resumen de mi primer día, que como dije, tiene pocas (por no decir nada) referencias informativas pero mucha opinión personal.

 Para los que me siguen diciendo que no soy objetiva, solo voy a decir una cosa, escribo lo que me pasa, desde mi perspectiva. Si lo que siempre quise es lo que está pasando, obviamente que voy a hablar maravillas, pero porque es simplemente lo que siento. No se trata de ser objetiva o no, este blog es personal. Si me gusta lo digo, si no me gusta, también. Como lo que me pasó en Birmingham. Siempre que me pasa algo malo también lo cuento. Los que me dicen que no soy objetiva no leyeron ni la mitad de mis posts, porque de hecho, de las cosas que más suelo hablar son las negativas, porque son graciosas y tengo la manía de hacer de mis desgracias un chiste y es con lo que la gente más se divierte. La triste realidad es que la gente se ríe más de mis desgracias que lo que se simpatiza con mis logros…MALDITOS TODOS. Nah, todo bien, porque justamente mi mecanismo de defensa contra los malos momentos es tornarlos en algo gracioso y que por lo menos cuando la gente también se ríe, me ayuda a tomarlo de mejor manera.

En fin, ahora sí, me retiro a seguir recorriendo Manchester. Voy a tratar de actualizar más seguido pero…no prometo nada u.u

 Angie!

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