Mongolia
Mongolia,  Motivación viajera

Mongolia y mis primeras veces

Mongolia me…ay, no sé cómo decirlo sin sonar vulgar…mmmm…Mongolia tomó mi flor (?) y la tomó en cantidad.

En tan solo 10 escasos y suficientemente insuficientes días, este país se dedicó a llenarme de primeras veces.

Nunca tuve un viaje tan intenso. Tan lleno de todo en tan poco tiempo.

No puedo ordenarme, el cerebro está a mil intentando guardar todo.

Imposible.

Quiero hablar de todo, quiero contar y plasmar en palabras cada sentimiento vivido, cueste lo que cueste, pero para empezar, quiero hacer una lista. Porque ustedes, mis queridos y fieles lectores oh cómo los amo, saben que si hay algo que amo casi al mismo nivel que viajar y escribir, es hacer listas.

ESTÚPIDAS Y SENSUALES LISTAS, NO PODRÍA VIVIR SIN USTEDES.

Voy a inaugurar los posteos mongolianos (que probablemente se mezclen con Rusia, porque así de organizadamente desorganizada soy), con una lista sobre todo lo que, gracias a Mongolia, hice por primera vez en la vida.

Mongolia me desvirgó incansablemente.

Ya está, lo dije, lo tenía que decir.

Así que, aquí va, con ustedes, todas las primeras veces que nunca busqué pero Mongolia me regaló

  • Andar a camello

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  • Andar a camello…por un desierto.
  • Cruzar un río a caballo. Me sentí una elfa total en el medio del Señor de los Anillos. Sí, sí, se que más que elfa sería una perfecta enana barbuda, petiza y gorda, pero ya, DÉJENME CREERME ELFA

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  • Dormir en un Ger.

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  • Conocer a una familia nómada
  • Cruzarme a una familia nómada en plena mudanza, siguiendo a los animales

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  • Cagar en la intemperie. Varias veces. Es que algunas familias no tenían baños y dos días acampamos. La gente va al baño en la naturaleza. Y está buenísimo. Ahora los baños me parecen un desperdicio de agua total.
  • Usar un baño típico de acá. Consta de un agujero en el piso, tapado con maderas, con una leve apertura en el medio. Y no tienen puertas

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  • Ver tantos animales salvajes.
  • Ver dos cóndores salvajes a escasos metros de distancia que estaban mirando un rebaño de cabras, probablemente analizando la situación y eligiendo su presa

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  • Tomar leche de camella. Riquísima

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  • Tomar leche de yegua.
  • Tomar leche de yak
  • Ver yaks

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  • Comer yoghurt natural recién hecho.
  • Comer con una familia nómade

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  • Comer las achuras de una oveja que la familia recién había matado para agazajarnos. Nunca comí tan fresco como en Mongolia.

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  • Acampar en el medio de una montaña
  • Acampar a la orilla de un río

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  • Dormir sola en una carpa.
  • Dormir con estufa a leña en un ger.
  • Dormir con estufa a heces de vacas en un ger.
  • Caminar por un desierto

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  • Escalar una duna gigante, que nos llevó una hora (y nos costó media vida), para ver el atardecer desde arriba

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  • Andar en una camioneta todo terreno. Cruzando ríos, caminos imposibles, todo tipo de paisajes.
  • Ver salir la luna atrás de una montaña.

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  • Aprender un juego de cartas mongol.
  • Aprender a leer mongol y ruso.
  • Convivir con una familia nómade.
  • Ver gente con ropa típica de verdad, no para el turismo.
  • Estar adentro de mi alojamiento momentáneo con la puerta abierta y ver pasar camellos

  • Bajar corriendo y a los saltos por una duna de unos 50 metros de alto

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  • Cabalgar por Mongolia.
  • Estar almorzando en un Ger con la familia y que caigan los políticos a pedir votos. Las elecciones son en dos días. Y como hay tan poca gente en este país, cada voto cuenta. Los políticos recorren los gers visitando a todas las familias.
  • Conocer a una familia nómada, con varios animales y que la mascota de los niños sea un pequeño cabrito todo negro Y HERMOSO Y TITINIII Y AYYYY, CÓMO LO AGARRÉEEEE Y LO APRETÉEEEEE.
  • Comer hot pot mongoliana: carne hecha al vapor y con piedras calientes

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  • Comer en el piso, con la mano.
  • Ver salir a un mongol a caballo galopando de una.
  • Tomar cerveza de Mongolia

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  • Que una mongolesa me de shots de vodka. Verla tomar a la par mía, incluso más, y que al día siguiente ella esté como si nada, y yo siga en pedo por tres días más.
  • Ponerme en pedo con tres coreanos de unos 60 años cada uno, en la habitación del hostel, junto con mis amigos chilenos y dos pibes de Suecia. Con shots de Vodka, claramente.
  • Ver un atardecer que nunca me voy a olvidar

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  • Esto

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Viajando se llena el corazón, se expande la mente y se serena el alma.

Viajando descubrí que la vida es un hoy constante, que el ayer solo sirve de aprendizaje (no es una carga) y que el futuro aún no existe y por lo tanto, no debería importarnos al punto de hacernos olvidar que estamos vivos ahora.

(se nota que me gusta esa frase que me inventé anoche, ya sé, ya sé, la posteé veintemil veces por todos lados…ES QUE LA AMO).

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