Soy mujer y quiero viajar libre
Soy mujer y quiero viajar libre. Quiero, lo demando, lo exijo. Lo necesito.
Me gusta mi vida viajera, con lo malo, con lo bueno. La paso muy bien, sufro, aprendo. Pero vivo y vivo feliz. ¿Por qué viajo? Porque me gusta la libertad, me gusta lo desconocido, me gustan las culturas ajenas a la mía. Amo lo nuevo, me gustan las experiencias fuera de lo común. Pero lo que más me gusta es la libertad.
Me encanta la libertad de poder llevarme el mundo por delante, de salir y descubrirlo; de hacerlo mío y caminarlo como propio.
Soy mujer y quiero viajar libre
Me gusta todo lo que implica viajar, y por suerte, el 90% del tiempo que estoy en viaje, me olvido de que soy una mujer viajando sola. Simplemente soy una persona viajando sin compañía.
Que en el camino se encuentra con más personas que hacen lo mismo. Y en esos encuentros no distingo géneros, en esos encuentros conozco gente de otros países, con los mismos miedos, las mismas inquietudes, los mismos sueños y las ansias de ir más allá. Compartimos anécdotas, nos reímos, somos todos iguales. Hombres, mujeres.
Pero claro…en el fondo…no dejo de ser mujer.
Y tengo que salir a la calle sin gustarme, incómoda, para no tentar a los tipos. Escondiéndome, bancándome el calor o lo que sea, para no dar motivos.
¿De qué libertad estoy hablando?
Si tengo que adoptar mis acciones para no dar motivos, no soy libre.
No soy libre si tengo que vestirme como una bolsa de papas aunque hagan 40º, para que, en el caso que me maten, no me echen la culpa.
Me gusta viajar y no que me clasifiquen. Amo vivir libre y me gustaría ser más libre aún.
Soy mujer y quiero viajar libre
Tengo rachas en el viaje en que me siento igual que cualquiera, pero después pasan situaciones horribles como la injusticia que terminó con la vida de Marina Menegazzo y María José Coni, y todo cambia.
Ellas eran dos mujeres, acompañadas una de la otra, que salieron a recorrer el mundo, vivir la vida, descubrir, aprender, entenderse y una vez muertas, como si no fuera suficiente, fueron lapidadas por una sociedad machista que lo único que hizo fue echarles la culpa. A ellas, a sus padres, a sus amigas.
Y honestamente, estando de viaje por mi cuenta, me da más miedo que haya gente (hombres y mujeres) que justifiquen los homicidios, que cruzarme con homicidas.
La violencia de género existe y existe en muchas formas. Es igual de grave el tipo que mata, que quien opina que la víctima lo tenía merecido por lo que tenía puesto, porque estaba sola.
Es igual de terrible el arma asesina que aquél que lapida con palabras a un alma inocente que ya ni siquiera puede defenderse.
De pendeja me pasó varias veces de estar en el boliche, que me encaren y al negarme, me digan: gorda de mierda qué te hacés la linda, y forradas por el estilo. Como si tuviese que agradecer que un tipo me quiso dar bola. Como si negarse fuera un delito. Estamos obligadas a decir que sí.
No puedo dar mi opinión porque se enojan, no puedo negarme porque automáticamente me convierto en una forra que no entiende nada.
Este día debería ser un recuerdo de que, aún en este siglo, todavía hay gente que piensa que si le pegaron, la violaron, la mataron era puta, estaba en pedo o drogada. Que si apareció muerta, de alguna forma u otra se lo buscó. Y si no encuentran motivos para justificar su opinión retrógrada, les echán la culpa a los padres por no haberla vigilado.
No tienen que decirnos qué ponernos, tienen que decirles a los hijos de puta que solo por ser hombres no significa que tengan derecho sobre nosotras.
Tenemos que enseñar que todos tenemos el mismo derecho a ser libres, independientemente de si nacimos hombres o mujeres.
Que tanto hombres y mujeres podemos recorrer el mundo de igual a igual.
Entiendan que si viajo sola es por la experiencia de vida y no porque soy una puta reventada que no tiene nada mejor que hacer. No soy una loca de mierda que si me pasa algo malo me lo busqué.
Soy una persona que sueña con caminar el mundo y se aferra a la libertad que esta sociedad se empeña en quitarle por su condición de mujer.
No dejemos que nos quiten las alas, ni que nos asusten y nos convenzan que si soñamos algo atrevido está mal.
Somos libres mujeres. Y que nuestra libertad no dependa de nadie más que nosotras.
Tengo un podcast también ¿sabías? Podés escucharlo en Spotify , Apple Podcast, , Google Podcast, y Youtube
2 Comentarios
Juan Manuel Lere
Al menos este hombre, este amigo, este “viajero” seguirá defendiendo tu libertad de moverte libremente por el mundo. Seguirá peleando y renegando de las prácticas y palabras machistas y sexistas no sólo por esta pibas sino por minas como vos, por las chicas que “viajaban solas” y un día compartimos rutas y días juntos; por las cientos de mujeres que conocí en el camino y por las miles que espero seguir viendo con el pulgar en la ruta, sobre aviones y camiones recorriendo el mundo entero sin mayores miedos!
Abrazotes y que sigan los buenos rumbos Titín!!!
Patricia Orozco
Excelente!